La noche del jaguar (Psy-Changeling #2)(100)



—?Cómo? —preguntó el hombre de piel tostada llamado Clay.

Faith tuvo que contenerse para no apretarse aún más contra Vaughn.

—En la última serie de imágenes había marcadores temporales, cosas que me permiten situar una visión en la franja temporal correcta. Algunos marcadores son difíciles de divisar, como los cambios de estación o el color del cielo, pero estos eran inconfundibles.

Nadie dijo nada, de modo que continuó hablando, refugiándose en la tibieza del musculoso cuerpo que la rodeaba. Sabía que el abrazo de Vaughn era una declaración tácita de su lealtad.

—Vi una agenda abierta sobre el escritorio de la chica así como la pantalla de un reloj electrónico. Ambos se?alaban la misma fecha.

Los marcadores temporales nunca eran mucho más concisos que eso.

Entonces reveló algo que le había contado a Vaughn en el coche después de descifrar el resto de los marcadores.

—Tenemos un día. —Un plazo demasiado breve como para tomárselo con demasiada calma—. Si no le cogemos… es probable que no consigamos salvarla. Se siente… —Buscó las palabras correctas— … rebosante, rebosante de expectación, de necesidad. Tampoco retiene y tortura a sus víctimas. Aunque seguir a su futura víctima le excita, es el asesinato lo que realmente le hace sentirse eufórico.

Como cuando había matado a Marine. El corazón se le encogió una vez más, pero ahora sabía cómo definirlo: una mezcla de dolor y pena, desconsuelo y pérdida.

—?Dónde? —preguntó Judd, con la voz carente de inflexión.

—Eres un psi. —Faith estaba total y absolutamente convencida de ello—. Se suponía que Sascha era la única desconectada de la red.

él no respondió a la pregunta implícita.

—?Dónde?

Faith decidió preguntarle a Vaughn más tarde.

—En la peque?a universidad privada que se construyó hace unos a?os a las afueras de Napa. Está especializada en viticultura.

—La mayoría de los estudiantes y del personal es humano o cambiante —se?aló Lucas—. ?Qué iba a hacer un psi allí? No tienen demasiado interés en los recursos orgánicos.

—Creo que la chica es una especie de técnico. ?No cuentan las bodegas con sofisticados sistemas de supervisión y refrigeración?

—Podría ser. —Vaughn bajó las manos hasta las caderas de Faith; un acto de posesión masculina al que no tenía deseos de resistirse—. No es que importe mucho que ella esté o no allí ese día y a esa hora. Le atraparemos antes de que la coja.

—?Por qué tenemos que solucionar otra vez un embrollo de los psi? —replicó la profunda voz de Clay—. Faith no corre peligro. El asesino y la víctima probable son psi. ?No debería ser el Consejo quien se encargase de esto?

—?Clay! —Sascha parecía escandalizada—. Estamos hablando de la vida de una mujer.

—No estoy diciendo que nos olvidemos del tema, tan solo que dejemos que sean los propios responsables quienes se encarguen de solucionarlo.

—?Y si no lo hacen? —preguntó Faith en voz baja mirando fijamente aquel rostro de marcados rasgos masculinos que no reflejaba la menor piedad.

Clay era diferente de Vaughn, por mucho que su jaguar acechara muy cerca de la superficie. Había algo muy oscuro en aquel leopardo, algo que se movía en la fina línea que separaba el bien del mal.

Tuvo una premonición casi nada más pensar aquello: el tiempo de Clay se estaba acercando. Un buen día, no tan lejano, tendría que decidir en qué lado de esa línea quería estar.

—?Y si esa chica desaparece sin más como las otras de las que he oído hablar en la red? ?Serás capaz de dormir por la noche con la conciencia tranquila?

Aquel hombre aún no se había perdido del todo, aún estaba en el lado del bien. Aunque por muy poco.

Clay enarcó una ceja.

—Así que nos cargamos a este tipo. Genial. ?Y qué hay del próximo, y del siguiente y del que vaya después de ese?

—Hay hechos futuros que no se pueden ver, vidas que no pueden salvarse, pero esta sí podemos salvarla. Hablaremos del resto más tarde —declaró Faith sin saber de dónde provenía su respuesta.

—Hay un problema mayor. —Lucas inclinó la silla hacia atrás, apoyando los pies en la barandilla—. Si ni la víctima ni el asesino son cambiantes, está dentro de la jurisdicción de la policía. No tenemos derecho a imponer nuestra ley.

Faith se había olvidado de eso.

—Podríamos avisar a las autoridades.

—Eso sería igual que contárselo al Consejo —bufó Clay—. A menos que estés dispuesta a dejar este puto problema en manos de tu raza de psicópatas.

Vaughn se quedó completamente inmóvil.

—Mucho cuidado con lo que dices, gato.

Faith no entendía todo lo que estaba pasando, pero podía percibir la agresividad que impregnaba el ambiente. Cambió de posición para rodear la cintura de Vaughn con un brazo, sin que este apartara los ojos de Clay.

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