La noche del jaguar (Psy-Changeling #2)(101)



Después de un momento tenso, el otro centinela asintió lentamente.

—He estado fuera de lugar. —Hizo una pausa—. Ella me recuerda a alguien.

Faith analizó el comentario, sorprendiéndose al darse cuenta de que Vaughn se había vuelto hostil con Clay debido a que había sido maleducado con ella. Sintió una oleada de calor en el fondo de su corazón. Pero a pesar de eso, no quería ser la causante de que Vaughn se peleara con su clan.

—En cuanto a la policía… —dijo deslizando la mano bajo la camiseta de Vaughn para posarla sobre su espalda. Su gato respondió a la caricia apartando por fin la mirada de Clay.

—Conozco a un par de polis en quienes podemos confiar —respondió Clay, tomándola por sorpresa—. Si ellos llevan a cabo el arresto, será legal.

—Y el asesino estaría libre al caer la noche, liberado por el Consejo. Desaparecerá en la red y no se volverá a saber nada de él —repuso Sascha con voz sombría—. O puede que le maten para cerciorarse de que nadie se entere del fracaso del Protocolo o, en caso de que sea uno de los suyos que se ha convertido en renegado, que intenten restablecer el control.

Lucas bajó los pies de la barandilla y se inclinó para besar a su compa?era. Ya más tranquila, Sascha se asió a su bíceps, pero el alfa se volvió hacia ellos con los ojos entornados.

—Sascha tiene toda la razón. Ya vimos lo que sucedió la última vez.

De pronto podía palparse la ira en el ambiente. Por casualidad Faith estaba mirando a Sascha y vio que la otra cardinal respiraba hondo varias veces y que sus ojos se tornaban completamente negros, como les sucedía a los psi cuando utilizaban grandes cantidades de energía. La cólera quedó aplacada.

—Yo puedo ocuparme de él. —Judd parecía que estuviera hablando del tiempo—. Incluso desde cierta distancia.

Faith sintió que se le encogía el estómago.

—No. No podemos cometer un asesinato para evitar otro.

Ella misma había pensado hacer justamente eso, pero fue en un arrebato de cólera. No era una asesina a sangre fría.

—?Se te ocurre algo mejor? —preguntó Judd, con cierto tonillo insolente en su, por lo demás, gélido timbre de voz.

—Déjalo —le avisó Vaughn con suma serenidad. Faith podía apreciar la diferencia de su reacción con Clay; esta vez era peligroso, en tanto que antes solo había lanzado una advertencia—. Estás aquí porque ayudaste a salvar la vida de Sascha, pero ahí termina todo.

El otro hombre esbozó una sonrisa carente de humor.

—Ahí no termina nada.

Faith era una neófita comprendiendo las emociones, pero tenía la impresión de que el psi quería una pelea física. ?Qué era lo que podía instigar semejantes deseos de morir? Aunque Judd fuera una Flecha, Vaughn era un jaguar.

—Esperad, tengo una idea.

Todo el mundo volvió la vista hacia ella.

—Incapacítale. —Miró a Judd—. Encadena su mente de forma que jamás pueda liberarse.

—?Qué te hace pensar que puedo hacer eso? —Judd clavó los ojos en ella, desafiándola.

—Si las Flechas existen, entonces tú fuiste una de ellas. —Oyó a Sascha proferir un grito estrangulado—. Es muy posible que una Flecha telépata esté entrenado en ese tipo de cosas.

Judd no negó ni su acusación ni su suposición en referencia a su estatus de telépata.

—Esa hará que se vuelva loco. Imagina no poder expresar ninguno de tus impulsos… funcionará, pero solo a un nivel muy básico.

Faith sintió que le invadía la furia.

—Entonces esa será su cadena perpetua.

Al menos tendría una vida que vivir, a diferencia de Marine y del resto de las mujeres a las que había asesinado. Y no cabía duda de que había habido otras. Sus apetitos eran demasiado reales, sus gustos demasiado definidos.

—?Tendrás que entrar de forma clandestina en la PsiNet para hacer lo que Faith sugiere? —preguntó Lucas—. ?Podrán rastrearte?

—No, puedo hacerlo telepáticamente, pero se trata de una habilidad especial. Deducirán que hay un renegado desconocido entre ellos, aunque eso ya lo saben. —No explicó el porqué—. Sin embargo tendré que atravesar sus muros defensivos.

—?Será muy difícil?

—Teniendo en cuenta lo que Sascha me ha contado acerca de su efecto en Faith, tiene que ser muy poderoso, pero estará dominado por el instinto homicida. Cualquiera que esté afectado por emociones tan poderosas se vuelve vulnerable. él no va a ser una excepción. —Miró a Faith sin inmutarse, con inquietante intensidad—. Si tú le distraes en el momento crítico, eso facilitará que pueda entrar.

El gru?ido de Vaughn fue casi demasiado bajo para el oído de los psi, pero Faith lo sintió en los huesos.

—Ella no va a acercarse a ese hijo de puta.

—Vaughn, escucha…

—De ningún modo. Olvídalo.

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