La noche del jaguar (Psy-Changeling #2)(47)



—Tienes que irte. Encuentra un modo de fortalecer tus escudos para poder enfrentarte al mundo exterior y marcharte de aquí.

La sonrisa de Faith no reflejaba la más mínima diversión.

—Voy a morir. Es un hecho irrefutable. En cuanto corte el vínculo con la PsiNet y pierda la retroalimentación necesaria, mi mente se marchitará. A menos que puedas hacer por mí lo que sea que Lucas hace por Sascha.

—?Cómo lo has descubierto?

—No soy estúpida, Vaughn. Está claro que existe algún tipo de conexión psíquica entre ellos. —Agachó la cabeza y apoyó la barbilla sobre las manos, que tenía dobladas encima de las rodillas—. Casi puedo palparla. Es como si fuera algo ajeno a la red pero que tiene un cierto parecido con ella.

Todos sus sentidos se pusieron en alerta roja. Si los psi podían percibir la Red Estelar que conectaba a la pareja alfa con los centinelas, los DarkRiver perderían una de sus ventajas tácticas cruciales. Sin embargo, si Faith era alguien excepcional, la cuestión era por qué. Imaginaba cuál era la respuesta, pero el felino nunca se precipitaba antes de estar completamente seguro de su éxito. Eso era lo que hacía de él un cazador tan eficiente.

—Y si fuera capaz de sacarte de la red, ?crees que podrías aceptarme? —Presionó las yemas de los dedos contra la parte baja de su espalda.

Faith se puso tensa.

—No me presiones, gato.

Era la primera vez que ella le plantaba cara. Intrigado, extendió la palma y la deslizó hacia las costillas, tan cerca de sus pechos que le estaba costando Dios y ayuda contenerse para no seguir desplazando la mano hacia arriba.

—?O qué?

—No te gustaría averiguarlo.

—Tal vez sí que me gustaría. —Moviéndose con la velocidad animal propia de su raza, la tumbó y se colocó encima antes de que ella pudiera responder. Los ojos de Faith adquirieron un aterciopelado brillo negro y luego unas chispas plateadas comenzaron a rasgar aquella intensa oscuridad—. ?Qué demonios…?

Entonces Vaughn divisó un lobo gigantesco en un rincón del dormitorio. La criatura rabiosa estaba agazapada, preparada para atacar.

El instinto del jaguar tomó el control.

Empujó a Faith a un lado, se aproximó sigilosamente al lobo… y lo atravesó cuando se le echó encima. Solo su agilidad le salvó de armar un gran estruendo cuando se estampó con fuerza contra la alfombra. Entornó los ojos mientras se levantaba al percibir una suave risa femenina, tan queda que apenas si pudo escucharla. A juzgar por aquel sonido, estaba claro que la psi no solía reír a menudo.

—Muy graciosa.

Vaughn se enfrentó a la mirada negra y plateada de la mujer que le observaba tumbada sobre la cama, con el cabello rojo cayéndole sobre el rostro, apoyado en las manos. No creía haber visto nada más hermoso en toda su vida. El deseo sexual del gato que moraba en él le corrigió de inmediato: sería aún mejor si estuviera desnuda.

—?Has vencido al cachorrito malo? —le preguntó.

Sabía que Faith ni siquiera se daba cuenta de lo que estaba sucediendo. Había reído y ahora le estaba tomando el pelo. ?Duraría aquel cambio o intentaría sepultarlo? Aunque Vaughn no tenía la más mínima intención de dejarle escoger la opción número dos.

—?Ilusiones? ?No necesitas meterte en mi mente para eso? —Y su mente era la de un cambiante, prácticamente a prueba de manipulaciones por parte de los psi.

—Soy aún mejor que eso —respondió sin rastro de arrogancia—. Mis ilusiones son tan sólidas que si hubiera habido una cámara en el cuarto, también habría recogido la imagen del lobo.

Vaughn se acercó a ella con paso felino y tuvo la satisfacción de ver cómo aquellos increíbles ojos centellearon para luego volverse completamente negros, de un tono algo más suave que la absoluta oscuridad que desprendían después de las visiones. Se arrodilló junto a la cama, deslizó las manos debajo del cabello de Faith y le enmarcó el rostro.

—A mí me pareces una mujer.

?Mi mujer.?

Inclinó la cabeza y la besó. Un beso casto en su opinión, una mera cata cuando lo que deseaba era darse un festín, pero Faith gimoteó y se aferró a él. Durante cinco segundos nada menos. Luego se apartó. Vaughn maldijo entre dientes de forma violenta y explícita. Aquello no funcionaría si Faith no podía soportar nada más que un beso inocente; el contacto humano era la piedra angular de su esencia.

Después de aquella semana que había pasado viviendo en plena naturaleza siendo ni?o, los leopardos del clan de los DarkRiver únicamente consiguieron hacer que reaccionara manteniendo un estrecho contacto con él. El primer mes con el clan había dormido en su forma animal, rodeado por otros cuerpos cubiertos de pelaje. Privado del contacto, tendía a volverse más y más agresivo, más feroz; el felino que moraba en él salía a la superficie hasta que el hombre quedaba profundamente enterrado en su interior. El clan generalmente le resultaba de ayuda, aunque últimamente deseaba las caricias de otra persona.

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