La noche del jaguar (Psy-Changeling #2)(20)
—Así que, ?podría provocarse un ataque de manera inconsciente?
—Sí. —Hubo un tiempo en que Sascha había creído que era una cardinal sin poder y sabía bien lo que era vivir una mentira durante tanto tiempo que acababa por convertirse en verdad—. Faith no entiende el concepto de la vida fuera del mundo en el que ha crecido. El que esté aquí es una prueba de su fortaleza interior.
—Bien. Los débiles no sobreviven.
Vaughn sintió que la mujer que tenía en brazos volvía en sí. Ella abrió los ojos casi de inmediato.
—Respira hondo —le indicó en cuanto notó que se quedaba paralizada—. Si te desmayas tendremos que pasar de nuevo por esto.
—Por favor, suéltame.
El tono de su voz no reflejaba vulnerabilidad alguna, nada que delatase su estado emocional. Pero claro, era una psi; no tenía sentimientos. Frunciendo el ce?o porque el jaguar que moraba en él le exigía que continuase sujetándola, permitió que Faith se incorporase en su regazo. Cuando ella empujó su brazo, Vaughn lo retiró para que pudiera levantarse.
Faith se frotó las manos sobre los pantalones.
—?Dónde está Sascha?
—Estoy aquí. —La aludida salió de la cocina y le entregó a Faith un vaso de agua—. Bebe.
Faith lo hizo sin poner objeciones, luego dejó el vaso encima de la mesa situada delante del sofá. Vaughn observó y esperó mientras ella buscaba con la mirada un lugar donde sentarse. Lucas había ocupado la butaca y atrajo a Sascha para sentarla sobre sus muslos. Faith no tenía otra opción que sentarse a su lado o en una butaca al fondo de la habitación. Optó por la alternativa más sensata, pero intentó poner tanta distancia entre ellos como le fue posible.
—?Qué tal te encuentras? —preguntó Sascha.
—Bien. Pero te ruego que les digas a los miembros de tu clan que no me toquen. No tengo la capacidad para procesar tal estímulo.
Vaughn le pasó un dedo por la mejilla y ella se giró rápidamente para taladrarle con la mirada.
—He dicho que no me toques.
—Cuando nos conocimos me advertiste que te romperías en pedazos solo con que te rozara. —Enarcó una ceja—. Ahora puedes soportarlo.
Ella le miró fijamente.
—Estás diciendo que me estás insensibilizando.
—No, pelirroja. Te estoy sensibilizando.
Faith miró aquellos ojos felinos y se maravilló con la intensidad que vio en ellos.
—No te entiendo.
Esbozando una sonrisa, Vaughn se recostó y estiró el brazo a lo largo del respaldo del sofá. Faith se dio cuenta de que si apoyaba la cabeza, los dedos del hombre le tocarían el cabello. Eso no debería haberle importado, pero se sorprendió inclinándose hacia delante cuando comenzó a hablar.
—He de poner fin a las visiones.
—?Por qué piensas que nosotros podemos ayudarte? —preguntó Sascha.
Faith trató de pensar a pesar de ser consciente de la presencia del cambiante que se encontraba a su lado. él había decidido actuar de modo civilizado, pero eso podía cambiar en el momento menos pensado; tenía que llevar a término la tarea que se había impuesto antes de que se comportara de nuevo como un felino con ella.
—No sé si podéis hacerlo. Lo único que sé es lo que ya os he dicho… que no me entregaréis al Consejo.
—?Cuánto tiempo hace que tienes esas visiones?
—Unos tres meses. Me han estado viniendo poco a poco. Al principio era como… un gran peso que me oprimía. —La había aplastado hasta que se había acostado en su cama y no en el sillón monitorizado—. Comencé a despertarme empapada en sudor, con el corazón latiéndome tan aprisa que debería haber llamado a los psi-m, aunque no lo hice.
Unos dedos se deslizaron por su cabello y Faith se percató de que se había echado hacia atrás sin ser consciente de ello.
—A mí me suena a miedo —dijo Vaughn.
—Soy una psi. No siento miedo.
Faith se apartó y ladeó la cabeza para enfrentarse a él. Los ojos de aquel hombre la observaban con tal intensidad que se sintió como si la estuviera desnudando con la mirada.
—Entonces, ?cómo lo llamarías tú?
—Una reacción fisiológica a factores de estrés desconocidos.
Un levísimo asomo de sonrisa danzó en los labios de Vaughn.
—Y bien, ?qué otras reacciones fisiológicas experimentabas?
Faith creyó que era posible que se estuviera riendo de ella, pero no tenía forma de juzgar la veracidad de esa conclusión. Ese hombre era distinto a cualquier otra criatura con la que hubiera entrado en contacto.
—Los sudores dieron paso a lo que se denominan terrores nocturnos. Me despertaba a punto de gritar, convencida de que las oscuras visiones me habían seguido hasta el mundo real.
Cuando sintió que Vaughn introducía de nuevo las yemas de los dedos en su cabello, Faith no se movió ni rompió el contacto. Tal vez fuera arriesgado, pero en esos momentos él parecía estar de su lado. Y creía que podría ser lo bastante peligroso como para contener las visiones, por irracional que eso fuera.
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