La noche del cazador (Psy-Changeling #1)(54)



Una parte de su ser seguía resistiéndose a la idea de lo que Sascha significaba para él, lo que realmente significaba para él. Esa parte había sido torturada, quebrada y casi destruida. No deseaba abrirse, no estaba dispuesto a admitir una vulnerabilidad que podría causarle un dolor aún más atroz. Paradójicamente, era la misma parte que comprendía lo que aquella psi era para él, y la misma que no podía dejar que se marchase.

Solo una cosa era cierta: iba a quedarse con ella.

—?Has almorzado? —preguntó a eso de la una y media mientras se preparaban para abandonar la obra.

Ella continuó hacia su coche, aparcado a varios metros de los demás.

—Estoy bien.

—No has respondido a mi pregunta. —Lucas podía jugar a aquel juego tan bien como su psi.

—Tengo una barrita energética en el coche.

Una vez que llegó a su elegante vehículo, se dispuso a abrir la puerta, pero Lucas se lo impidió con solo posar las manos sobre las de ella.

—No lo hagas —repitió alejándose de nuevo.

—?Por qué no?

Sascha no respondió, pero él vio un destello en aquellos ojos. Aquel temperamento suyo bullía de nuevo, haciéndola represar a la vida. Qué no daría por verla completamente furiosa.

—Ven conmigo a casa de Tammy. Me ha preguntado por ti. —La sanadora se había tomado un sorprendente interés en Sascha.

—No creo que sea prudente. —Su expresión era impasible, pero podía percibir los susurros de su alma, la pantera estaba compenetrada con cada matiz de su cuerpo.

—No te preocupes, los cachorros están visitando a la familia —le susurró acercándose a ella. En realidad los habían llevado a un lugar seguro junto con el resto de los jóvenes de DarkRiver. Algo iba a estallar muy pronto y, en el peor de los casos, eso supondría un derramamiento de sangre masivo. Pero por el momento se permitió jugar, consciente de que estaba ante la única mujer que podría ser capaz de impedir la carnicería—. Tus botas están a salvo.

—No tengo ni idea de qué estás hablando.

Esbozando una amplia sonrisa ante tan flagrante mentira, le dio un suave golpecito en la mejilla.

—Zara ya se ha llevado mi coche de vuelta a la oficina. ?Las llaves? —Extendió la mano.

Sascha se cruzó de brazos.

—Tienes muy mala memoria.

—Solo para aquello que no quiero recordar. ?Conoces el camino?

La expresión de Sascha decía claramente que era una pregunta estúpida.

—Sube.

Lucas dejó que le diera la orden consciente de que había ganado la primera escaramuza de su muy privada batalla. No obstante, era una batalla que solo podría continuar si ganaban la guerra, mucho más peligrosa, que se les venía encima.

Sascha esperó hasta que estuvieron en camino para sacar a colación el tema que no dejaba de atormentarla.

—?Has averiguado algo más?

Lucas no intentó fingir que no sabía a qué se refería. La repentina cólera que le invadió era tan pura y solida que Sascha tenía la impresión de que si alargaba la mano casi podía tocarla. Lo que le sorprendía era que la confusión no empa?aba esa ira.

Lucas era capaz de pensar a pesar de sus sentimientos, demostrando una fuerza de voluntad superior a todo cuanto ella conocía. Sascha apenas comenzaba a experimentar emociones de forma superficial y parecía que un profundo abismo se abría a sus pies dispuesto a engullirla y a escupirla de nuevo, maltrecha, magullada y posiblemente muerta.

—La joven de los SnowDancer desaparecida tiene veinte a?os. Brenna iba de camino a clase en una facultad privada cuando fue raptada. Un miembro de su clan que va a su misma clase dio la voz de alarma al ver que no llegaba.

—?Qué estaba estudiando?

Tomó nota de la información, pues la necesitaría para reducir los parámetros de búsqueda en la red. Al mismo tiempo, abrió los sentidos psíquicos y aplacó la intensa ira.

Lo hizo de un modo tan instintivo que apenas fue consciente de ello.

—Reparación y mantenimiento de sistemas informatizados, especializándose en paneles de comunicación.

—Una chica inteligente —farfulló.

—Sí, eso es parte de su modus operandi.

—?Cuándo?

—Debió de ser alrededor del mediodía porque a esa hora Brenna habría estado en el camino donde la raptaron… normalmente ataja por un peque?o parque de su vecindario.

—Así que alguien podía haber estudiado sus costumbres.

—Sí. Pero secuestrarla a plena luz del día indica una confianza extrema. El parque no es grande ni especialmente frondoso. Podrían haberle visto desde diversos ángulos.

—Pero no fue así. —Si era un psi, podía hacer cosas para ocultarse—. Un psi-tq con la habilidad de teletransportarse podría habérsela llevado consigo.

—?Un psi-tq?

—Un psi con poderes de telequinesia.

—?Cuánto poder requeriría eso?

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