La noche del cazador (Psy-Changeling #1)(107)
—Los psi no sienten remordimientos. —Los ojos de Judd eran dos témpanos de hielo.
Pese a la gravedad de la situación, Sascha tenía ganas de sonreír.
—Naturalmente que no.
Lucas le dio un beso en la punta de la nariz con gran picardía, haciendo que le resultara imposible contener la sonrisa por más tiempo.
—Mi psi, sí. —La risa centelleaba en sus ojos, pero sus brazos la rodeaban con fuerza.
Hawke clavó la vista en ellos.
—Y no vamos a perderla.
Lucas se enfrentó al lobo y le sostuvo la mirada. Sascha no comprendía hasta dónde estarían dispuestos a llegar los cambiantes depredadores para proteger a sus compa?eras, no entendía que él le pertenecía como nadie más lo haría.
—No, no la perderemos.
—Se niegan a creer que no pueda sobrevivir fuera de la PsiNet. —Sascha sacudió la cabeza—. Decídselo vosotros.
—Ella tiene razón —repuso Walker—. Necesita tener otra red psíquica a la que enlazarse cuando se desconecte. De lo contrario morirá a causa de una especie de inanición psíquica en cuestión de minutos.
—Aunque lográsemos dar con un modo de sacarla de la red, sería tan prisionera como lo son Toby y Sienna. —Judd se?aló sus ojos—. Nosotros podemos cambiar nuestro aspecto y salir al mundo, pero tú no puedes ocultar tus ojos de cardinal.
—Sascha no se esconderá. —Lucas no tenía la menor intención de ocultarla en modo alguno; ya había pasado demasiados a?os de su vida escondida—. Mi compa?era estará a mi lado.
—El Consejo encontrará la forma de matarla —apostilló Walker de forma realista.
—Dejádnoslo a nosotros —declaró Hawke. Estaba claro que hablaba en nombre de los DarkRiver y los SnowDancer—. Vuestra tarea es ayudarnos a descubrir cómo mantener a Sascha con vida fuera de la PsiNet.
Un profundo silencio se extendió por la habitación. Lucas acarició la espalda de Sascha y pensó en cómo darle al Consejo un susto tal, que jamás nadie se atreviera a tocarla. Quizá fueran insensibles a las emociones, pero todo el mundo tenía miedo a morir.
Los ojos de Judd adoptaron una expresión desenfocada y, al cabo de un momento, también los de Walker. Lucas sintió que se le erizaba el vello de la nuca y supo que estaban manteniendo una conversación telepática. Sascha se pegó con fuerza a él, abrazándose a su cuello como si fuera consciente de su inquietud. Dejó que su cuerpo sintiera el suave peso femenino, su tibieza, su vida, y se regodeó por haber encontrado a su compa?era. Por nada del mundo iba a perderla.
—Existe una posibilidad —dijo Walker.
Todos dirigieron la mirada hacia el mayor de los psi.
—Sienna ha intentado convencernos de que nuestras mentes simplemente necesitan retroalimentarse, no necesariamente de energía psi.
—El problema es que no hay forma de comprobarlo sin desconectarse de la red. —Judd parecía que estuviera discutiendo aún con Sienna mientras les hablaba.
Sascha frunció el ce?o.
—?Cómo me retroalimentaría sin enlazarme con otras mentes psi?
—Enlazándote a mentes de cambiantes. Por motivos que pasaré a explicaros más tarde, no creemos que las mentes humanas sirvieran.
Lucas estrechó a Sascha con tal fuerza que ella protestó.
—Lo siento, gatita —farfulló concentrado como estaba en Walker—. ?Puede hacerse?
—No, claro que no. —Sascha se irguió al tiempo que se pasaba detrás de la oreja un mechón de pelo que se le había soltado de la trenza—. ?Cómo puede mantenerse una conexión sin que ambas partes posean poderes telepáticos? Todos los psi nacemos con un mínimo de capacidad telepática.
La bestia que moraba en Lucas olfateó una especie de desoladora desesperación en ella que le indicó que Sascha le estaba ocultando algo.
—Deja que hablen, Sascha.
—?Para qué? —espetó—. ?Para que puedan vendernos mentiras?
—Chis. —Le acarició la mejilla con los nudillos—. ?Tan ansiosa estás por dejarme?
El dolor fracturó la belleza de sus ojos y, con un sollozo entrecortado, sepultó el rostro entre las manos.
—No puedo soportar que me den esperanzas solo para perderlas.
Lucas deseó poder aliviar su sufrimiento, deseó ser él el empático y no su vulnerable compa?era.
—Sienna está convencida de que funcionará. —Los ojos verde pálido de Walker siguieron el movimiento de la mano de Lucas mientras masajeaba el cuello de Sascha—. Cree que la forma en que se une la pareja es equivalente a una especie de enlace psíquico. El vínculo de esa unión debería mantener viva a Sascha cuando se desconecte de la PsiNet.
Sascha levantó la cabeza de golpe.
—?No creéis que no he pensado ya en eso?
—?Qué? —gru?ó Lucas—. ?Por qué no me lo cuentas?
Enfurecida, la pantera deseaba mostrar sus fauces.
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