Ciudades de humo (Fuego #1)(132)



Alice empezó a notar una sensación de euforia creciendo en su pecho.

Pero el inicio de una sonrisa que delataba ese sentimiento desapareció en el instante en que lo pensó mejor.

—Pero... Kenneth aseguró que no le había dicho nada a Max.

—Fijo que mintió —respondió Jake despreocupado—. ?Y ahora soy un intermedio, puedo darle una paliza por bocazas!

—Relájate, Bruce Lee —murmuró Rhett, negando con la cabeza—. No fue Kenneth.

—Eso no lo sabes —le dijo Jake.

—No fue él —insistió el otro.

Jake y Alice intercambiaron una mirada desconcertada antes de acercarse a él casi al mismo tiempo.

—Rhett... —empezó Alice.

—?Qué sabes que nosotros no sepamos? —lo acusó Jake, pinchándolo con un dedo.

—?Sabías quién nos había delatado y no me dijiste nada? —Alice le puso mala cara.

—No hace falta que sepas quién fue —respondió Rhett—. Ya está todo solucionado. Es lo que importa.

—?Yo quiero saberlo! —exclamó Jake indignado.

—?Y yo!

—Y ?de qué serviría? ?Para que te enfadaras con ella y...?

—?Es una chica! —confirmó Alice, mirando a Jake.

—Podría ser Shana —murmuró él pensativo.

—?Shana? Mmm..., no sé...

—?Dejad ya el tema! —Rhett les puso mala cara.

Pero, claro, lo ignoraron completamente.

—?Qué hay de Deane? —sugirió Alice.

—?Tú crees?

—Hoy ha estado muy callada en el entrenamiento. Eso no es normal.

—?Podéis escucharme y...? —intentó intervenir Rhett.

—Pero ella no lo habría retirado —observó Jake pensativo.

—Entonces, ?quién?

—?Quién queda en la ciudad que sea mujer y sepa algo de todo est...?

Se cortó a sí mismo cuando tanto él como Alice abrieron mucho los ojos y los clavaron en Rhett, que suspiró.

—No —murmuró Alice—. ?Ha sido Tina?

Rhett cerró los ojos un momento.

—No lo hizo con mala intención, Alice.

—?Fue ella? —repitió Jake completamente perdido.

—Sí, pero...

—?Estuvo a punto de hacer que me echaran! —exclamó Alice enfadada.

—No sabía que Max llegaría tan lejos. —Rhett la sujetó por los hombros cuando hizo un ademán de salir de la sala de tiro—. Solo quería que dejáramos de vernos. Estaba preocupada. En cuanto vio que Max se había pasado con tu castigo, le pidió que lo olvidara. No pensé que fuera a escucharla. Supongo que solo le hizo caso porque es Tina.

Alice apartó la mirada. Tenía que hablar con Tina de eso. No podía quedar así. Aunque lo hubiera hecho con buena intención, había pasado dos semanas horribles por su culpa.

Jake aplaudió de repente, haciendo que ambos volvieran a la realidad y lo miraran.

—?Y qué más da? ?Ya no estás castigada! ?Vamos a la habitación con los demás! Seguro que se mueren de ganas de verte.

Tenía razón. No era momento de preocuparse por eso. Llevaba semanas suplicando volver a estar con sus amigos, y ahora que podía hacerlo no le apetecía del todo. Se mordisqueó el labio inferior, pensativa.

—Pero... ?no se supone que vuelvo a tener clases extra?

—?Y qué?

—Bueno..., esta es la hora en la que las suelo tener —aclaró Alice.

Rhett sonrió disimuladamente, dirigiéndose a la sala contigua, mientras que Jake se cruzó de brazos, indignado.

—?Lo prefieres a él antes que a nosotros!

—Eso no es cierto —aseguró Alice.

Pero ?lo había echado tanto de menos...!

Sinceramente, prefería besuquearlo primero e ir a perder una partida de cartas después.

—?Qué tiene él que no tenga yo? —dijo Jake, haciendo un puchero.

—?Eres muy peque?o para saberlo! —le gritó Rhett desde la otra sala, donde se había dirigido para guardar las armas que se habían utilizado durante la clase.

—?Y eso qué significa?

—Jake, luego iré, te lo aseguro. Pero... tengo que hablar con Rhett un momento.

—Sí, hablar —hizo énfasis en la palabra—. Seguro que eso es lo que hacéis cuando estáis solos.

Alice lo miró, algo confundida.

—Está bien, hoy me saltaré la clase —accedió—. Supongo que no insistirías tanto si no fuera porque quieres ense?arme algo.

—?Sí! —Jake dio un saltito, entusiasmado—. ?Sabía que no eras una traidora!

—Genial —escuchó murmurar a Rhett, que había vuelto con ellos y estaba cruzado de brazos—.Y ?qué es eso tan importante?

—Me gusta una chica.

Hubo cinco segundos de silencio absoluto en los que tanto Rhett como Alice lo miraron con los ojos como platos.

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