Ciudades de humo (Fuego #1)(135)



—Y ?por qué me has obligado a ponerme pantalón corto y tú los llevas largos?

—Porque —él sonrió ampliamente— está claro que no me darás ni una vez. No merecía la pena cambiarse.

Ella le puso mala cara al instante, apuntándole con el rotulador de forma acusadora.

—Creído.

—Tengo motivos para serlo.

—?Te recuerdo que le di una paliza a Kenneth yo solita!

—Dime que no acabas de compararme con ese idiota, por favor.

Alice puso los ojos en blanco descaradamente, haciendo que Rhett sonriera.

—Bueno —él volvió al tema—. Lo primero es la postura. Es la misma que usarías sin cuchillo, solo que tienes que sujetarlo con la mano que prefieras, con la que seas más hábil. Hacia arriba. Sí, eso es.

—En las películas lo sujetan al revés.

—En las películas los actores no corren el riesgo de ser apu?alados. —Rhett se acercó y le subió el brazo—. Ahora, intenta atacarme.

—?Qué?

—Vamos, hazlo.

Rhett había escondido su rotulador. En cuanto ella dio un paso, él retrocedió, y le inmovilizó el brazo con facilidad y le quitó el arma. Le hizo la primera marca, una peque?a raya en el cuello.

—Ya estarías muerta —le dijo él.

—?Ya estarías muerta? —lo imitó frustrada, intentando liberarse.

Y así estuvo una hora.

Efectivamente, Rhett terminó tan limpio como había empezado, mientras que ella llevaba rayas negras por todas partes, especialmente en la zona del cuello, que Rhett decía que era lo último que el enemigo debía alcanzar. Alice estaba de mal humor por no saber marcar a Rhett, pero la animó un poco haber aprendido a esquivar un ataque.

—Espero no encontrarme nunca con alguien armado con un cuchillo que quiera matarme —dijo Alice tras el entrenamiento.

—Si te pasa eso, huye.

—?Y si no puedo huir?

—Te escondes.

—?Y si no puedo esconderme?

—Grita para que te ayuden.

—?Y si no hay nadie para...?

—Pues sacas la pistola y le disparas en medio de las cejas, paranoica.

—Puedo fallar.

—Dudo que falles.

—?Y si no tengo pistola?

—Alice —él se incorporó y la miró—, cuando entré en la habitación el otro día, vi cómo inmovilizabas a un chico de lucha avanzada.

—Pero... no sé defenderme. Solo hice lo que tú le recomendaste a Jake. Bueno, y la tortuga.

—?Y qué te hace pensar que eso no es defenderse?

—No es aplicable a todo el mundo. ?Y si tengo que enfrentarme a alguien más ágil que yo?

Rhett la miró de arriba abajo con media sonrisa.

—Sabrás apa?ártelas.

Alice se mordisqueó el labio inferior, pensativa.

—?Vas a ir a la cena de Navidad?

—Es asquerosamente obligatoria.

—Sí, pero... me refiero a si irás con alguien.

—Sí, claro, con mi gran amiga Deane.

—?Qué? —Alice se quedó pálida.

—Pensaba que dominabas la ironía... —él empezó a reírse.

—?Rhett, hablo en serio!

—Los instructores no podemos ir con alumnos —aclaró él, mirándola.

Alice sintió que sus mejillas se calentaban un poco.

—?Y qué te hace pensar que iba a pedírtelo?

—?Sabes cuántas preguntas me has hecho desde que te conozco? Esa habría sido la más normal de todas.

—Pues vale. ?Y si un instructor quiere ir con otro?

—No creo que eso suceda.

—Pero... ?y si Tina quiere ir con Max?

—?Con Max? Un cactus le haría mejor compa?ía.

—?Qué es...?

—Déjalo. —él sonrió, dando un paso en su dirección—. ?Ibas a invitarme a salir?

—?Qué? No. Tú mismo has dicho que no puedo ir con los instructores.

—Bueno, no hay una norma escrita que lo diga, pero dudo que a Max le haga mucha gracia que aparezca con una alumna en la cena de Navidad.

—Entonces, supongo que iré sola. O con Davy.

Rhett la miró, interesado.

—?Quién es ese?

—Un amigo. Aunque... no sé si querrá ir conmigo.

—Sabes que puedes ir sola, ?no?

—Sí, Trisha lo mencionó.

—Eso de ir en pareja es una bobada —le aseguró Rhett—. Me recuerda a cuando iba al instituto. Era la misma mierda de tener que encontrar una cita, comprarte ropa...

—?Celebrabais cenas en tu instituto?

—Eran más bien bailes. Ponían música, comida, bebidas..., y tú podías aprovechar para bailar y meter mano a tu acompa?ante.

Alice no sabía qué era eso de meter mano, pero decidió no preguntar.

—Y ?fuiste con una chica?

—Sí. —Rhett apartó la mirada, pensativo—. Lo peor fue que se puso enferma en medio del baile y estuvo toda la noche en el ba?o, vomitando. Me perdí lo mejor de la fiesta.

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