La noche del jaguar (Psy-Changeling #2)(85)



Dominó el pánico y el horror e intentó componer una expresión de calma.

—Eso facilita considerablemente la decisión; no tengo el menor deseo de perder la cabeza antes de tiempo. Quizá deberías informar al Consejo como cabeza de familia. Puede resultar perjudicial para mí aventurarme en la PsiNet. Al menos hasta que Krychek sepa que estoy fuera.

—Lo haré de camino a la ciudad.

Dieron media vuelta para volver a la casa.

—Gracias.

Faith ansiaba percibir la más mínima se?al de preocupación, algo que Anthony jamás sería capaz de darle. Pero él era su padre. ?Cómo podía no ansiar su aprobación como mínimo?

—Faith.

—?Sí, padre?

—Ten cuidado. Krychek puede intentar llegar a ti de alguna otra forma. No confíes en nadie hasta que me haya asegurado de que sepa que has renunciado.

Dado que no confiaba en nadie que estuviera conectado a la red, eso no iba a suponerle ningún problema.

—?Y si decide eliminarme de todos modos? Podría convertirme en un rival en el futuro.

—He pensado en una manera de contrarrestar esa posibilidad. Haré que se sepa que se te va a confinar debido a que hemos descubierto en ti patrones mentales aberrantes.

Una jaula. Su padre iba a meterla en una jaula. Faith se dijo a sí misma que no debía preocuparse, pero no podía evitarlo. Y le dolía.

—?Cuánto tiempo tendré que representar esa charada? Me imagino que esto significa que tengo que mantenerme alejada de la PsiNet.

—En mi opinión, un a?o. Krychek tiene que olvidar que alguna vez entra?aste una amenaza para él.

Un a?o aislada de lo único que había hecho que se sintiera libre.

—?No es un poco extremo?

Daba igual qué cosas hubiera hecho su padre, siempre había creído que Anthony había hecho todo lo posible para mantenerla a salvo. Pero eso… eso no era más que un intento de encadenarla y hacerle creer a ella que lo hacía para protegerla.

—Estamos hablando de tu vida. Si lo miras bien, un a?o no es demasiado.

Un a?o lo era todo si te esperaban décadas de locura por delante. Aunque si abandonaba la PsiNet, tal vez Vaughn pudiera sanar los fragmentos de su mente. Pero sabía que era un sue?o imposible. Sin embargo eso carecía de importancia; de todas formas tendría más a?os de cordura de los que tendría bajo confinamiento. Y según sospechaba, ese confinamiento nunca sería revocado, pues siempre encontrarían razones para mantenerla aislada y trabajando como la máquina en la que casi la habían convertido.

—Accedo a tres meses. Después de eso consideraremos la situación. —No podía ceder, no cuando su reciente comportamiento había hecho que Anthony esperara más de ella.

—De acuerdo. No entres en la red.

—Muy bien.

En un día, quizá incluso en unas pocas horas, estaría fuera de la PsiNet para siempre. Y si Vaughn no la recogía cuando cayera, también estaría fuera de este mundo. Se preguntaba si el jaguar sabía hasta qué punto confiaba en él.

—Adiós, Faith.

—Adiós, padre.

Faith se obligó a regresar a la casa aunque en parte temía que nunca más le permitieran salir. La puerta se cerró a su espalda con un suave clic que le pareció tan estruendoso como un cerrojo de seguridad. Respirando hondo, metió su incipiente pánico en una diminuta caja dentro de su psique y se encaminó hacia el panel de comunicación.

Xi Yun respondió a su llamada en cuestión de segundos.

—?Qué puedo hacer por ti, Faith?

—?Podrías enviarme algunos de los informes previos sobre mis procesos mentales durante las visiones? Me gustaría compararlos con los escáneres actuales.

No en esos momentos, pero sí algún día.

—?Hasta cuándo quieres que me remonte?

Faith guardó silencio. La agenda podía almacenar una cantidad masiva de datos, pero ni siquiera aquel aparato podía arreglárselas con veinticuatro a?os de informes.

—Hasta mi decimosexto cumplea?os. —La edad en la que sus habilidades se habían estabilizado relativamente.

—Es el período que yo habría recomendado —dijo Xi Yun—. Anteriormente a eso, continuabas siendo un tanto errática.

El condicionamiento terminaba a los dieciséis de forma no oficial, los dos a?os restantes hasta los dieciocho eran una garantía contra cualquier ?error?. ?Le había ayudado el Silencio a disciplinar sus habilidades o había enturbiado su mente hasta que esta produjo patrones que eran considerados aceptables en lugar de erráticos? Aquel recuerdo le trajo otro a la cabeza.

—?Qué tal se encuentra Juniper?

—Bien para tener ocho a?os. Sus habilidades no están a la altura de las tuyas a su misma edad, pero en comparación con otros de su grupo, está avanzando en el Protocolo con considerable rapidez.

Lo que venía a decir que la joven clarividente con un 8,2 en el gradiente se estaba convirtiendo en una máquina con mayor velocidad que otros.

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