La noche del jaguar (Psy-Changeling #2)(107)
Jamás habría imaginado la respuesta de Vaughn:
—Faith, este es tu mundo. ?Qué opción crees que funcionará mejor?
—?No vas a intentar desautorizarme?
—Solo si tu decisión te pone en peligro de forma innecesaria. —El gato se dejó entrever en su voz, grave y ronca—. No puedo proteger tu mente, pero sí que puedo mantener tu cuerpo a salvo.
Faith imaginó que aquello era lo máximo que iba a conseguir de su jaguar.
—Pues hagámoslo. Si empiezo a sentir que nos acercamos demasiado y no puedo encontrarle, pararemos. No quiero pintarme una diana en la frente. —Por primera vez en veinticuatro a?os estaba realmente viva, y no tenía intención de que eso cambiara.
24
—Si esto funciona como yo creo —dijo Faith—, intentará conectar en cuanto me sienta, y eso debería darle a Judd la oportunidad que necesita.
—Puedo oler a Judd. Dile que se asegure de esconderse bien. Su aspecto no encaja en este campus.
—?Y el tuyo sí? —Faith transmitió el mensaje al psi.
—Yo soy el típico tipo duro del que se enamoran las chicas buenas —dijo haciendo gala de una rara vena humorística—. Ese psi parece que esté aquí solo para cargarse a alguien.
Faith meneó la cabeza y realizó el primer barrido psíquico.
—Nada.
Vaughn eligió en silencio un punto más próximo al edificio en el que se alojaba la futura víctima y ella repitió la exploración.
—Nada.
Llevó a cabo dos intentos más que acabaron con el mismo resultado frustrante. No cabía duda de que las emociones tenían sus inconvenientes; un psi carente de emociones habría continuado escaneando el área con precisión mecánica hasta dar con lo que buscaba.
—?Nada, nada, nada!
—No quiero que te acerques a la presa. Si tú conoces su aspecto, puede que él también te haya visto a ti.
—No lo había pensado, pero si es un psi-c, es una posibilidad.
—Sea lo que sea, también es un cobarde —espetó Vaughn—. Y los cobardes siempre son peligrosos cuando se sienten acorralados.
Faith estaba de acuerdo. Ciertas habilidades telepáticas podían causar un da?o masivo cuando se utilizaban de forma ofensiva. Judd era el ejemplo perfecto.
—Deja que lo intente una vez más. Sé que está aquí.
Respirando hondo, desplegó sus sentidos. ?Va por ti, Marine.?
Y ahí estaba él.
La oscuridad también la reconoció. Dirigiéndose hacia ella con escalofriante rapidez, pugnó por entrar en la mente de Faith. El instinto acudió en su auxilio; replegó su ser psíquico formando un diminuto ovillo y ocultándolo profundamente dentro del vínculo que la unía con Vaughn. Rodeada por la ferocidad propia de los cambiantes, las garras de la oscuridad huyeron al no encontrar nada a lo que agarrarse.
Todo había durado unos meros milisegundos, pero cuando abrió los ojos, Faith se sentía como si hubiera corrido una maratón. El cuerpo de Vaughn estaba tan tenso junto al suyo que supo que él había sentido el peligro.
—Es un telépata con capacidades ofensivas. La clarividencia podría ser un don secundario.
Ahora podía verle. Estaba parado a unos pocos metros de ella, un hombre alto con la disciplina del Silencio estampada en su apuesto semblante. Ataviado con traje negro y camisa blanca, no era más que otro psi anónimo mientras barría la zona en un esfuerzo por encontrarla.
—?Por qué no parece un monstruo?
—Nunca lo parecen. —Las garras de Vaughn le rozaron la piel a través de la ropa.
Con el pánico formándole un nudo en la garganta, puso la mano sobre la de él.
—No puedes ir a por él. A la policía le encantaría ponerte las manos encima.
—Eres mi compa?era.
Sabía que a Vaughn le estaba matando no ser él quien le diera la venganza que buscaba.
—Te necesito vivo y a mi lado. Vaughn, por favor. Por favor.
—Avisa al maldito psi —le ordenó gru?endo.
Faith lo hizo y pasó como un rayo junto a la mente del asesino en un movimiento calculado para romper su concentración. Funcionó… Judd le localizó. Hundiendo la cabeza en las manos de repente, el asesino comenzó a gimotear. Pero todavía no estaba incapacitado. Había mucha inteligencia en aquellos ojos negros mientras rastreaba la zona en busca del origen del ataque. Faith se preguntó por qué Judd se estaba conteniendo.
Entonces el psi-tp se materializó a su lado.
—Has de estar segura —dijo—. Esto es irreversible.
A punto de darle una respuesta motivada por la furia, se obligó a pensar, a considerar el hecho de que se trataba de una vida humana. Retrocediendo hasta el último contacto, lo comparó con los anteriores… y se percató de algo sobrecogedor.
—Algo no anda bien.
—?Me retiro?
Sin juicios, sin preocupación; Judd Lauren era tan frío que a Faith le entraron ganas de ponerse a temblar.
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