La noche del jaguar (Psy-Changeling #2)(111)



—?Cómo crees que evitaste ser detectada en la red cuando eras ni?a, antes de que tuvieras edad suficiente para ocultar el arco iris que es tu mente?

—Las diferencias no se manifestaron hasta la adolescencia.

—No, Sascha. Siempre estuvieron ahí. Piensa en ello… nuestras habilidades básicas son algo con lo que nacemos. —Faith meneó la cabeza—. Ella me mostró un millar de mentes ocultas iguales a la tuya, protegidas por otra cosa que nada tiene que ver con sus propios escudos.

La expresión en el rostro de Sascha era impagable.

—?La MentalNet sabe de nosotros?

De ellos, de los psi-e. La designación que Faith apenas había comenzado a comprender porque había sido condenada a la exterminación en la red. Pero Faith comprendía que habían sobrevivido porque tenían que existir. De no ser así, los psi dejarían de ser humanos, dejarían de poseer sensibilidad. Todas las razas sensibles tenían una conciencia. Si se les quitaba eso, lo que quedaba era algo horripilante.

—Sí. Te ha estado protegiendo durante décadas, desde que comenzó a darse cuenta de lo que el Silencio te estaba haciendo. Puede que fuera entonces cuando empezó a pensar por sí misma. Lo ignoro. Lo único que sé es que estamos tratando con una forma de vida que posee un corazón, y que ese corazón está compuesto por un millar de psi-e. La MentalNet jamás será malvada siempre que esas mentes existan. Por el contrario, su gemela será absolutamente malvada.

—Puede que tu MentalNet sea buena, pero no es la única que sabe dónde estás —le recordó Clay.

La conversación se volcó una vez más en la cuestión de cómo protegerla del Consejo. Alguien sacó a colación una grabación que al parecer mostraba la confesión de un asesino psi.

Clay negó con la cabeza.

—Si jugamos esa baza, tenemos que estar preparados para la guerra.

—Ninguna de nuestras razones para no hacerla pública ha cambiado —agregó Lucas—. Guardémosla como último recurso. ?Vaughn?

El jaguar dio su conformidad con un gru?ido.

—No dejarán de perseguirla. —Dorian habló por primera vez, su voz estaba te?ida de una furia tan gélida que Faith deseó esconderse de ella—. Matar es lo que mejor se les da.

—Arrancaré las tripas a cualquiera que se atreva a ponerle un dedo encima. —Las palabras de Vaughn expresaban la serena seguridad de una bestia que sabía que era la más peligrosa de los depredadores.

—Bueno, está eso —dijo Sascha—. Si Faith mantiene la mente bien protegida, tendrán que acercarse para atacarla. Los DarkRiver pueden ocuparse antes de que lleguen hasta ella.

—?Cuánto tiempo voy a poder vivir así? —Faith sacudió la cabeza, frustrada porque su revelación anterior se hubiera convertido en humo—. Debe de haber un modo de impedir que me castiguen para que sirva de ejemplo a los demás.

Vaughn le asió la nuca de forma posesiva.

—Nunca se acercarán tanto a ti, pelirroja.

Faith le creía.

—Ma?ana tenemos una presentación en las oficinas de Nikita —dijo Lucas rompiendo el silencio—. Veamos si están abiertos a hacer un trato… Faith es demasiado valiosa para ellos como para cometer alguna estupidez y arriesgarse a que la maten.

La reunión concluyó poco después.

Vaughn había ido a la reunión en coche hasta donde le fue posible, luego realizó el resto del camino corriendo con Faith a la espalda. Pero cuando sus pies tocaron el suelo después de abandonar la casa colgada, ella le pidió que la bajara.

—Vamos a dar un paseo. —Sus ojos eran más negros que de costumbre.

—Estoy a tus órdenes, pelirroja. —Tomándola de la mano, la condujo entre los árboles hasta que llegaron a un camino casi escondido.

—?Qué es lo que ves? —le preguntó—. Yo jamás podría haber localizado este sendero.

Vaughn le mostró las marcas, las se?ales de garras en ciertos árboles, la sutil posición de piedras que parecían arrojadas al azar.

—Es un código, una forma de hablar entre nosotros que no necesita de palabras ni de telepatía. Podemos leer estas se?ales tanto en forma humana como animal.

Faith siguió con los dedos un par de marcas de zarpas con absoluta delicadeza.

—Un lenguaje que los psi ni siquiera saben que existe.

—Mi psi sí que lo sabe.

Dejó que Vaughn se internara con ella en el bosque.

—Lucas tiene razón; si el Consejo viene a por mí, no me matará.

—Viva vales demasiado. —Se le encogió el estómago.

Ella era mucho más que una máquina de hacer dinero. Era una mujer con un gran espíritu y mucho coraje, con un don que tenía el poder de cambiar el curso del futuro.

—No les he dicho nada a los demás, pero no creo que Nikita esté de acuerdo en hacer un trato. No hay nada con qué negociar. No tenemos pruebas de que el asesinato de Marine fuera un complot.

—Como ha dicho Lucas, es un último recurso, pero tenemos grabada la confesión de Santano Enrique. —Le habló de los crímenes cometidos por el ex consejero y de su castigo. Vaughn había estado presente esa noche, se había vengado en nombre de Lucas porque su alfa estaba ocupado intentando salvarle la vida a su compa?era—. Nos lo contó todo. —Antes de que le convirtieran en un montón de pedazos sanguinolentos.

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