La noche del cazador (Psy-Changeling #1)(17)



Era un chico grande. Sascha se levantó aguantándose la sonrisa. Fue difícil ocultar la bota a la vista de los demás mientras iba de camino hacia la puerta, pero se las apa?ó para que la alta figura de Lucas se interpusiera entre Tamsyn y ella.

—Vuelve cuando quieras —dijo Tamsyn. Luego asió a Sascha por los brazos y la besó en la mejilla.

Sascha se quedó paralizada en cuanto Tamsyn la tocó, incapaz de hacer nada más al sentir la aplastante bondad que transmitía la mujer. Siempre había imaginado que podía leer las emociones de los demás, pero sus delirios nunca habían sido tan graves… en el mundo psi no existía material que alimentase las fantasías de su mente fragmentada.

—Gracias.

Retrocedió en cuanto Tamsyn la soltó y salió por la puerta en dirección al vehículo estacionado fuera. Le resultaba difícil estar en aquella habitación llena de risas y de calor humano, calidez y tentación, sin desear más… sin desearlo todo.

—?Vaya! —exclamó Tamsyn viendo marchar a Sascha—. No debería haberla tocado.

Lucas le dio un abrazo.

—Por supuesto que sí. Que ella sea una psi no significa que nosotros lo seamos.

Tamsyn se echó a reír.

—?Has visto su bota?

—Sí.

Lucas era el alfa de los DarkRiver; en todo momento había sido consciente de lo que estaba pasando con Julian. Lo que no podía entender era por qué Sascha había dejado que sucediera.

Y luego, durante un momento, había habido un considerable aumento de energía psi en el ambiente. Quizá la llamada telepática había subido de tono o bien Sascha había estado haciendo otra cosa… como hablar con un cachorro.

—No esperaba que a un psi los ni?os se le dieran tan bien. —Tamsyn apoyó la cabeza en el pecho de Lucas.

—Tampoco yo. —Sencillamente, no debería haberlo sido. Un psi jamás permitiría que un ni?o le mordisqueara los zapatos. No había motivo para ello, ningún provecho. Pero esa psi lo había hecho—. Avísame si los cachorros cuentan algo interesante.

La sanadora de los DarkRiver no era estúpida.

—?Todavía nada?

—Aún no.

Tras depositar un beso en su cabello, le dijo adiós y se marchó. Sascha ya se encontraba en el vehículo cuando él ocupó el asiento del conductor.

—?Ha sido tu primera experiencia con ni?os cambiantes?

—Sí. —Metió la puntera mordisqueada del zapato detrás de la otra pierna y, en ese preciso instante, Lucas supo que tenía problemas—. ?Siempre adoptáis forma animal cuando sois ni?os?

—No. —Saliendo marcha atrás del largo camino de entrada de casa de Tamsyn, se incorporó a la calle, el aire transitó de forma fluida y veloz bajo el vehículo—. La habilidad de cambiar se desarrolla más o menos al a?o de nacer. Para nosotros es algo tan natural como respirar.

Sascha guardó silencio durante el siguiente tramo de carretera, como si estuviera dándole vueltas a lo que él había dicho.

—?Y la ropa? ?Qué le sucede cuando cambiáis?

—Se desintegra. Preferimos transformarnos estando desnudos.

Lucas observó con gran atención la energía que impregnaba el aire mientras hablaba y detectó un abrupto aumento; Sascha Duncan reaccionaba ante la imagen de él desnudo.

A ambas partes de su naturaleza les gustaba la idea de perturbar a aquella fascinante mujer a un nivel sensual pero, como alfa que era, tenía que considerar las repercusiones más profundas de lo que había averiguado… y cómo podía utilizarlo en contra de ella.

—Tamsyn… ?cuál es su papel dentro del clan? —dijo, aquel brusco cambio de tema le indicó que no se había equivocado en sus conclusiones—. Sé que sois una sociedad jerárquica.

—Exactamente igual que los psi. Háblame de la tuya y yo te hablaré de la mía.

Si ella rechazaba una propuesta tan simple tendría que replantearse su estrategia.

Necesitaba acceder al interior de una mente psi para entrar en la PsiNet. No había otro modo de rastrear al asesino, no si el Consejo de los Psi le estaba encubriendo.

—Nuestro líder supremo es el Consejo.

Lucas procuró no delatar su alegría.

—Nosotros no tenemos un líder supremo. Cada clan es autónomo.

—Dentro de la estructura global estamos organizados en grupos familiares.

Eso era algo que no habían sabido a ciencia cierta porque, para el resto del mundo, el concepto psi de familia se parecía a cualquier otra relación comercial.

—Los lazos familiares existen dentro del clan, pero la lealtad es para con el propio clan.

—?Y las parejas? —preguntó Sascha haciendo gala de un entendimiento tan grande de la mente de un cambiante que le sobresaltó—. Seguramente la lealtad mutua es lo primero.

—Esa es la única salvedad. Los leopardos se emparejan de por vida, de modo que no existe otra alternativa viable. —Se preguntó qué pensaría de eso aquella mujer que había sido creada por la medicina y no por la pasión—. ?Y los psi? ?A qué le sois leales?

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