La noche del cazador (Psy-Changeling #1)(115)
—Muy lista, Sascha —dijo—. ?Cuánto tiempo llevabas escondiéndote aquí?
Sascha guardó silencio mientras intentaba hacer los arreglos necesarios en la puerta para poder penetrar en la segunda capa de sus escudos. Sus sentidos no captaban ni rastro de la enraizada cólera que había esperado percibir en el asesino ni siquiera teniéndole así de cerca. Enrique no sentía. Y aun así mataba.
??Sois una raza de psicópatas!?
La acusación de Dorian se abrió paso desde algún rincón olvidado de su memoria.
??Sin conciencia, sin corazón, sin sentimientos! ?De qué otro modo defines tú a un psicópata??
El impacto que le causó comprender el verdadero horror del Silencio hizo que sus paredes internas se estremecieran. Pero no había tiempo para pensar. A Enrique le faltaba poco para abrirse paso. Tras colocar un bloqueo temporal en la puerta de su mente, Sascha atravesó la segunda capa de sus escudos justo cuando el que estaba situado en los escudos externos se hacía trizas.
él estaba dentro de su mente.
Su poder la alcanzó infundiendo un dolor desgarrador en cada sinapsis.
Sacudiéndose, invirtió las energías que le quedaban en escudos internos y se adentró aún más hasta que se encontró tras la tercera capa. Enrique no podía entrar allí tan fácilmente. Eran los muros naturales de la mente… los muros que él había destrozado en las mujeres cambiantes que se había llevado. No tenía la menor duda de que también la destrozaría a ella si le daba el tiempo suficiente.
Impulsada por la adrenalina, encontró su lazo mental con la PsiNet. Ni siquiera la trampa de Enrique podía cortar esa conexión. Era demasiado profunda, demasiado instintiva. Tocó el lazo conector por última vez y susurró:
—Adiós.
Enrique la atacó con otra dolorosa onda expansiva y en ese preciso instante Sascha cortó el enlace. Todo se detuvo para ella. Su mente quedó en silencio. Sola. No había estrellas en la oscuridad, nada salvo el vacío.
La muerte le tendió los brazos.
Sascha despertó gritando en brazos de Lucas. Un dolor desgarrador presionaba los nervios de todo su cuerpo y podía sentir cómo su mente trataba desesperadamente de establecer de nuevo la conexión. Obligándose a pensar a pesar de la abrasadora tortura que la atravesaba, cauterizó la herida y puso freno a sus intentos instintivos.
Dolía como un disparo a quemarropa en la cara.
La agonía era incesante. Tenía la sensación de que le estaban arrancando la piel a tiras y su mente gritaba y gritaba, resollando por obtener la retroalimentación que necesitaba para sobrevivir. Hundió las u?as en el pecho de Lucas, incapaz de respirar.
La embargó una sensación de claustrofobia y la oscuridad presionaba con más fuerza que los intentos de Enrique por aplastar su mente. Iba a asfixiarse hasta morir. Sola.
Estaba muy sola.
Sola. Oscuridad. Negrura. Frío.
Lucas estaba aterrado por lo que veía en los ojos de Sascha. Todas las estrellas habían desaparecido en un instante cuando abrió los párpados y ahora había una negrura tan honda en aquellas profundidades que Lucas creyó que podía ver la eternidad.
—?Sascha! —la zarandeó ignorando a todos los que habían entrado corriendo en la habitación al escuchar sus gritos. No reparó en que sabía el nombre del asesino, en que podía emprender la búsqueda de venganza. Solo ella importaba—. ?Sascha! —ella no respondió. Era como si no pudiera verle.
Lucas no era psi, no podía meterse en su mente, pero podía amarrarla a este mundo de otro modo. Asiéndole la nuca con una mano, la acercó a él y la besó.
Enérgicamente y sin piedad. Fue un beso brutal, salvaje y posesivo, en el que imprimió todas las emociones que ella le inspiraba. Lo volcó todo en su boca, pidiéndole que regresara con la fuerza de aquel contacto. Sascha dejó de clavarle las u?as, pero continuó aferrada a él, rodeándole con brazos y piernas como si deseara meterse dentro de su alma.
?Sola. Muy sola.?
Lucas tuvo la impresión de escuchar aquellas palabras en su cabeza. ?Se había enlazado a él? ?Había cumplido su promesa? ?Era esa la razón de que pudiera sentir la aplastante oscuridad que la oprimía? La hizo retroceder con calor, pasión y emociones, apretando el cuerpo de Sascha contra el suyo.
Cuando puso fin al beso para que ella pudiera respirar, Sascha gimoteó:
—No, no, no.
Lucas presionó de nuevo los labios contra los de ella. La oscuridad ya no era tan densa, pero no desaparecía. ?Por qué no? Sascha estaba conectada a él. No estaba sola.
Ya no. Nunca más.
Cuando terminó nuevamente el beso, Sascha inspiró profundamente.
—Es el consejero Santano Enrique —le dijo—. No siente nada. No sabe nada de vosotros. Simplemente cree que soy imperfecta. —Sus palabras salieron atropelladamente… como si estuviera soltándolo todo antes de que se perdiera para siempre.
Lucas miró a Hawke, que había sido el primero en entrar en la estancia.
Nalini Singh's Books
- Night Shift (Kate Daniels #6.5)
- Archangel's Blade (Guild Hunter #4)
- Nalini Singh
- Archangel's Consort (Guild Hunter #3)
- Tangle of Need (Psy-Changeling #11)
- Archangel's Shadows (Guild Hunter #7)
- La noche del jaguar (Psy-Changeling #2)
- Caricias de hielo (Psy-Changeling #3)
- Archangel's Kiss (Guild Hunter #2)
- Angels' Flight