Espejismos(47)



Veo que esta última se inclina hacia su hermana y le susurra algo al oído, haciendo que Romy se aparte y diga:

—Mi hermana dice que haces demasiadas preguntas.

Rayne frunce el ce?o y le golpea el brazo con el pu?o, pero Romy se echa a reír.

Mientras las miro a las dos, me fijo en la expresión enfadada de Rayne, en la tendencia de Romy a hablar con acertijos, y me doy cuenta de que, por más interesante que haya sido este momento, estas ni?as empiezan a ponerme de los nervios. Tengo cosas que hacer, templos que encontrar, y entretenerme con esta clase de bromas confusas está resultando ser una enorme pérdida de tiempo.

Recuerdo demasiado tarde que pueden leerme los pensamientos cuando Romy asiente y dice:

—Como quieras. Te mostraremos el camino.





Capítulo veinticinco


Me llevan por una serie de calles. Ambas caminan juntas, con un paso tan rítmico y apresurado que me cuesta seguirlas. Dejamos atrás a comerciantes que venden todo tipo de géneros (desde velas hechas a mano a peque?os juguetes de madera); los clientes hacen fila para recibir esos objetos cuidadosamente envueltos y ofrecen tan solo una palabra amable o una sonrisa a cambio. Pasamos al lado de puestos de frutas, tiendas de caramelos y unas cuantas bou-tiques de moda antes de detenernos en una esquina cuando se cruza en nuestro camino un caballo que tira de un carruaje, seguido de un Rolls-Royce conducido por un chófer.

Estoy a punto de preguntar cómo es posible que todas esas cosas coexistan en un mismo lugar, cómo es posible que los edificios antiguos estén situados junto a los de dise?o más moderno y elegante, cuando Romy me mira y dice:

—Ya te lo he dicho. En Summerland es posible cualquier cosa. Todas las cosas. Y, puesto que la gente desea cosas diferentes, aquí existe casi todo lo que puedas imaginar.

—Entonces, ?todo esto ha sido manifestado? —pregunto mientras miro a mi alrededor con asombro. Romy asiente y Rayne sale corriendo hacia delante—. Pero ?quién ha hecho realidad estas cosas? ?Son visitantes de un día como yo? ?Están vivos o muertos? —Paseo la mirada entre las gemelas a sabiendas de que mi pregunta también puede aplicarse a ellas dos, porque, aunque tienen una apariencia exterior normal, hay algo muy extra?o en ellas. Algo casi… escalofriante… y atemporal.

Y, cuando mi mirada se posa sobre Romy, Rayne decide dirigirse a mí por primera vez en todo el rato.

—Tú deseaste encontrar los templos, y por eso te ayudamos. Pero no te equivoques, no tenemos ninguna obligación de responder tus preguntas. Hay cosas en Summerland que no son asunto tuyo.

Trago saliva con fuerza y miro a Romy para ver si interviene en la conversación y se disculpa en nombre de su hermana. Sin embargo, ella se limita a conducirnos hacia una nueva calle llena de gente, después a un callejón vacío y luego a una avenida tranquila, donde se detiene frente a un magnífico edificio.

—Dime lo que ves —me pide mientras su hermana y ella me miran con atención.

Contemplo asombrada la espléndida construcción que se eleva ante mí; tengo la boca abierta y los ojos como platos mientras observo sus hermosos y elaborados grabados, su majestuoso tejado inclinado, sus imponentes columnas, sus impresionantes puertas principales… Todas sus enormes y variadas partes, que cambian sin cesar para conjurar imágenes del Partenón, el Taj Mahal, las grandes pirámides de Giza, el templo de Loto… Mi mente se convierte en un torbellino de imágenes mientras el edificio se reestructura y se reforma, hasta que todos los grandes templos y las maravillas del mundo quedan claramente representados en sus fachadas cambiantes.

Lo veo… ?Lo veo todo!, pienso, incapaz de pronunciar las palabras. La increíble belleza que tengo ante mí me ha dejado sin habla.

Me giro hacia Romy y me pregunto si ve lo que yo. Ella le da un fuerte golpe a Rayne en el brazo al tiempo que exclama:

—?Te lo dije!

—El templo está construido con la energía, el amor y los conocimientos de todas las cosas buenas. —Sonríe—. Aquellos que puedan ver eso tienen permiso para entrar.

En el instante que escucho sus palabras, corro hacia los fantásticos escalones de mármol, impaciente por cruzar la preciosa fachada y ver lo que hay en el interior. Pero justo cuando llego a las descomunales puertas dobles, me doy la vuelta para preguntar:

—?Venís conmigo?

Rayne me mira fijamente con los ojos entornados, suspicaz, deseando no haberse molestado conmigo. Romy, sin embargo, sacude la cabeza y responde:

—Encontrarás las respuestas que buscas en el interior. Ahora ya no nos necesitas.

—Pero ?por dónde debo empezar?

Romy observa de reojo a su hermana e intercambia una mirada cargada de significado con ella. Luego, se gira hacia mí y dice:

—Debes buscar los registros akásicos. Son un registro permanente de todo aquello que ha sido dicho, pensado o hecho… o que será dicho, pensado o hecho jamás. Pero solo los encontrarás si ese es tu destino. Si no… —Se encoge de hombros con la esperanza de poder dejarlo así, pero la expresión de pánico de mis ojos la obliga a continuar—. Si tu destino no es saberlo, entonces no lo sabrás. Tan sencillo como eso.

Me quedo allí de pie mientras pienso que esa respuesta no me reconforta lo más mínimo, y casi me siento aliviada cuando veo que ambas se dan la vuelta para marcharse.

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