La noche del cazador (Psy-Changeling #1)(78)



La respuesta de Dorian sorprendió a todos los presentes.

—Tú eres diferente, Sascha. No estoy tan furioso como para no ver la verdad. Tú sientes.

La carcajada de Sascha fue tan agridulce que Lucas se irritó.

—Toda mi vida he estado aterrorizada por esas palabras. Siempre creí que sería uno de los miembros del Consejo quien me descubriría. Nunca pensé en ello como en algo bueno… hasta que te conocí. —Sascha estaba mirando a Lucas con sus ojos negros como la noche, sin una sola estrella a la vista.

?Ya que no sé cuándo se darán cuenta de mi defecto e intentarán encerrarme, tendré que conseguiros la información lo antes que pueda. Por eso necesito un enlace constante con uno de vosotros. Lo que yo sepa lo sabréis también vosotros. Quedaréis libres en cuanto corte mi vínculo con la red.

Lucas sabía que ella esperaba que el Consejo la matara.

—Estás bajo nuestra protección.

La pantera estaba muy cerca de la superficie, haciendo que su voz fuera varias octavas más grave.

Nate, Dorian, Mercy y Tamsyn expresaron su acuerdo. Sascha acababa de granjearse el respeto de algunos de los leopardos más fuertes de los DarkRiver. Una vez que ella fuera miembro del clan, los demás les seguirían. Y Lucas no tenía la menor duda de que Sascha iba a convertirse en parte de su clan.

Una profunda tristeza ensombreció su rostro durante un segundo.

—Nadie escapa de la PsiNet. —Paseó la mirada por todos los leopardos repartidos por la estancia—. Gracias por mostrarme más vida en unos pocos días de lo que jamás esperaba experimentar. No caeré fácilmente… quiero vivir.

Lucas se negaba a dejar que Sascha dijera adiós.

—?Quién dice que nadie haya escapado de la PsiNet? ?Alguna vez lo ha intentado alguien?

Ella abrió los ojos como platos.

—No.

Lucas sacudió la cabeza.

—No por lo que tú sabes. Si están guardando silencio acerca de los asesinos en serie, ?no crees que ocultarían la huida de la red de cualquier psi?

—Eso no funcionará conmigo. Llamo demasiado la atención. No podría desaparecer ni aunque hubiera un modo de hacerlo. Tendría que cambiar de identidad y no puedo. —Se se?aló los ojos—. No existen lentes de contacto que puedan ocultarlos.

—No permitiré que te maten. De ningún modo.

Nadie se llevaba a uno de los suyos sin que hubiera consecuencias. La muerte de Kylie no había sido olvidada, y hasta que cobraran su venganza, seguiría siendo un dolor ardiente en su alma.

?Y a su mujer? Si alguien se atrevía a hacerle siquiera un solo rasgu?o, los destruiría. Alargó la mano para rozarle las ojeras que tenía bajo los ojos.

—Estás agotada. Aunque dejásemos que pusieras en práctica tu insensato plan, no puedes hacerlo ahora.

—Me temo que tienes razón. Todavía disponemos de unos días. Es la tercera noche desde que se llevó a Brenna. —El tono de su voz denotaba el conocimiento del horror que los SnowDancer tenían que estar viviendo—. Ojalá pudiera recuperarme más rápido, pero seguir a Henry me ha dejado sin energías.

—?Tamsyn? —Lucas miró a la sanadora.

—Yo me ocupo. Vamos, cielo. —Tocó a Sascha en el hombro—. Te acompa?aré a una habitación de arriba y buscaremos algo cómodo con lo que puedas dormir.

Ella se levantó y Lucas sintió la punzada de decepción que embargaba a Sascha.

El vanidoso gato que moraba en él se atusó el pelaje, pero la pantera, protectora y posesiva, prometió en silencio que compensaría a Sascha.

—Gracias. Debería estar recuperada por la ma?ana. Entonces saldremos de caza. —Sascha ni siquiera se percató de que había utilizado las palabras de un cambiante… de un leopardo.

Lucas sonrió. Sascha Duncan ya no era una psi aunque ella se negara a verlo.

Pobrecita. Iba a disfrutar ense?ándole a vivir la vida a su lado, como su pareja.

Tamsyn cerró la puerta del cuarto antes de darle a Sascha la taza de chocolate caliente que había preparado apresuradamente. La mujer tenía una expresión tan intensa que incluso sin su extra?o don para sentir emociones, Sascha supo que fuera lo que fuese lo que la sanadora tenía que decirle, no sería agradable.

—Voy a contarte algo sobre Lucas que él nunca te contaría… su necesidad de protegerte se impone a sus demás instintos. No es algo en lo que tenga poder de decisión.

—Los ojos casta?o claro de Tamsyn mostraban una expresión afable, pero en el tono de su voz se apreciaba un deje acerado que Sascha jamás habría esperado en ella—. Te lo cuento porque confío en ti.

?No traiciones mi confianza.?

Sascha escuchó aquellas palabras implícitas con tanta claridad como si Tamsyn hubiera abierto la boca y les hubiera dado voz.

—?Por qué molestarte en contármelo?

—Por lo que dijiste abajo acerca de que necesitas una mente accesible cuando entres en la PsiNet. —Frunció el ce?o—. Siéntate antes de que te caigas redonda. Lo último que necesito es que Lucas se me eche encima por desatenderte.

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