El lado bueno de las cosas(74)



—?Pap!

—?Has dibujado un retrato del tío Pat? —dice Ronnie, y cuando Emily asiente, todos reímos porque no se parece en nada a mí.

Cuando nos sentamos a la mesa del comedor, mi padre todavía no está en casa. Incluso después de la victoria sobre Dallas ha estado bastante distante últimamente, escondiéndose en su estudio de nuevo. Nadie menciona la ausencia de papá, así que yo tampoco.

La comida de mamá está deliciosa, todos lo comentan.

Cuando llega la hora del pastel me cantan cumplea?os feliz y la peque?a Emily me ayuda a soplar las velas que tienen forma de número treinta y cinco, casi no me puedo creer que tenga treinta y cinco porque me siento como si tuviera treinta, tal vez solo desearía tener treinta porque así tendría a Nikki en mi vida.

Después de comernos el pastel, Emily me ayuda a abrir los regalos. Tengo un nuevo tablero de parchís de madera pintado a mano de parte de mamá, que dice que invitó a Danny a la fiesta pero que tenía trabajo. Ronnie, Emily y Veronica me regalan una manta polar de los Eagles. Jake y Caitlin me regalan un abono para un gimnasio de Filadelfia. El folleto dice que tiene piscina, sauna, canchas de baloncesto y tenis, y todos los tipos de equipamiento de pesas y otras máquinas para hacer músculos.

—Es a donde yo voy —dice mi hermano—. Y estaba pensando que podríamos empezar a hacer ejercicio juntos una vez que se cure tu pierna.

A pesar de que ya no estoy demasiado interesado en hacer ejercicio, me doy cuenta de que es un bonito regalo, por lo que le doy las gracias a Jake.

Cuando nos retiramos a la sala de estar, le pregunto a Veronica por Tiffany.

—?Cómo está Tiffany? —No sé realmente por qué lo pregunto. Las palabras parece que simplemente salen de mi boca, y una vez que lo hacen, todo el mundo deja de hablar y el silencio se apodera del ambiente.

—La invité a tu fiesta —dice mamá por fin, probablemente solo para que Veronica no se sienta mal porque haya excluido a su hermana.

—?Para qué? —pregunta Jake—. ?Para que le pueda mentir a Pat otra vez? ?Para que lo retrase unos cuantos a?os más?

—Solo intentaba ayudar —dice Veronica.

—Tu hermana tiene una forma divertida de ayudar.

—Para —le dice Caitlin a Jake.

Y el silencio vuelve a apoderarse de la habitación.

—?Cómo está? —pregunto, porque realmente quiero saberlo.





NECESITO UN FAVOR ENORME


El día de Nochevieja, después de que hayamos acordado comprar cerveza ilimitada para nuestros vecinos, Jake se las ha arreglado para cambiar su asiento con el titular de temporada de la localidad que está delante de la mía y, una vez sentados, mi hermano apoya la escayola sobre su hombro; de este modo puedo estar sentado durante el partido de los Falcons.

A los cinco minutos del primer cuarto, el entrenador jefe, Andy Reid, saca a los participantes y el locutor del partido informa de que Dallas ha perdido ante Detroit, lo que significa que los Pajarracos son campeones de la Conferencia Nacional de Fútbol división Este. Es la quinta vez en los últimos seis a?os y hace que el partido actual sea irrelevante. Todo el mundo en el Linc vitorea, los cinco dedos de espuma levantados abundan, y es duro quedarse sentado. Con los receptores fuera desde el comienzo, mantengo la esperanza en Hank Baskett, que atrapa alguna pelota en la primera mitad. Scott, Jake y yo celebramos excesivamente cada una de ellas porque llevo puesta la camiseta de Baskett sobre el abrigo y a todos nos gusta animar al debutante.

En el medio tiempo, los Eagles van 17-10, y Scott abandona entonces el partido porque dice que le prometió a su mujer que iría a casa en Nochevieja si los Cowboys perdían y el partido de los Eagles carecía de sentido. Le echo la reprimenda por irse y me sorprendo de que mi hermano no se una a mí. Pero poco después de que Scott se vaya, Jake dice:

—Escucha, Pat. Caitlin quiere que vaya a esa fiesta de Nochevieja con corbata negra en el hotel Rittenhouse. Se enfadó porque venía al partido hoy, y estaba pensando en salir un poco antes para poder darle una sorpresa. Pero no quiero dejarte aquí con la escayola y todo lo demás. Así que, ?te parece si salimos un poco antes?

Estoy conmocionado y un poco enfadado.

—Quiero ver si Baskett hace su segundo touchdown —digo—. Pero tú puedes irte. Estaré bien aquí con todos los hinchas de verdad, la gente que se queda a ver el partido entero.

No está bien que le diga eso, ya que seguramente Caitlin ya está vestida esperando a que Jake llegue a casa, pero lo cierto es que necesito la ayuda de mi hermano para salir del Linc con las muletas; tengo el presentimiento de que Baskett cogerá mucho el balón en la segunda mitad y sé que, de todas formas, Jake realmente quiere ver el partido; tal vez pueda utilizar a su hermano enfermo mental como buena excusa para perderse la fiesta de Fin de A?o de Caitlin; tal vez es lo que Jake realmente quiere y necesita, así que me arriesgo.

—?Hombre de la cerveza! —grito al tipo de la Coors light que está pasando por nuestra fila.

Cuando se para le digo:

—Solo una cerveza porque este tipo de aquí va a dejar a su hermano lisiado y mentalmente enfermo y va a irse al hotel Rittenhouse para poder beber grandes sorbos de champán con tíos con esmoquin que no son hinchas de los Eagles.

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