El lado bueno de las cosas(69)



Huelo un perfume de mujer.

Reconozco ese olor.

Respiro profundamente para estar preparado.

Abro los ojos.

—Lo siento, ?vale? —dice, pero no es Nikki—. Nunca pensé que esto te llevaría hasta aquí. Así que voy a ser honesta contigo. Mi terapeuta piensa que estás atascado en un constante estado de negación porque nunca permites poner un punto final, y pensé que podrías pasar página si me hacía pasar por Nikki. Así que inventé todo lo de hacer de enlace en un esfuerzo por proporcionarte un fin, esperando que acabaras con ese desánimo y pudieras seguir adelante con tu vida una vez que entendieras que reunirte con tu ex mujer era imposible. Yo escribí todas las cartas, ?vale? Nunca llegué a contactar con Nikki. Ella ni siquiera sabe que estás sentado aquí. Probablemente, ni siquiera sabe que saliste de la unidad de neurología. No va a venir, Pat. Lo siento.

Estoy mirando la empapadísima cara de Tiffany (pelo mojado, maquillaje corrido) y casi no puedo creer que no sea Nikki. En un primer momento no registro sus palabras, pero cuando lo hago siento que el pecho me arde, y un episodio parece ser inevitable. Mis ojos echan fuego. La cara se me enrojece. De repente, me doy cuenta de que los últimos dos meses han sido completamente ilusorios. Nikki nunca va a volver, y el período de separación va a durar para siempre.

Nikki

Nunca.

Va.

A.

Volver.

Nunca.

Quiero golpear a Tiffany.

Quiero machacarle la cara con los nudillos hasta que los huesos de las manos se me hagan a?icos y Tiffany esté completamente irreconocible, hasta que no tenga una cara con la que poder escupir mentiras.

—Pero todo lo que te dije en las cartas es cierto. Nikki se divorció de ti y se volvió a casar, e incluso interpuso una orden de alejamiento en tu contra. Saqué toda la información de…

—?Mentirosa! —digo, a la vez que me doy cuenta de que estoy llorando otra vez—. Ronnie me dijo que no debía confiar en ti. Que no eras más que una…

—Por favor, escúchame. Sé que ahora sufres una gran conmoción, pero debes enfrentarte a la realidad. ?Te has estado mintiendo a ti mismo durante a?os! Necesitaba hacer algo drástico para ayudarte. Pero nunca pensé que…

—?Por qué? —digo, sintiendo como si fuera a vomitar, como si mis manos fueran a apretar el cuello de Tiffany en cualquier momento—. ?Por qué me has hecho esto?

Tiffany me mira a los ojos durante lo que parece ser un largo rato, y luego su voz se entrecorta igual que la de mamá cuando quiere decir algo que realmente siente de verdad.

—Porque estoy enamorada de ti —dice Tiffany.

Y entonces me levanto y me pongo a correr.

Al principio Tiffany me sigue pero, a pesar de que llevo los zapatos de piel y de que ahora está lloviendo bastante fuerte, me las arreglo para encontrar la velocidad masculina que ella no tiene, corro más rápido de lo que nunca antes había corrido, después de girar las suficientes esquinas y zigzaguear por en medio del tráfico, miro atrás y Tiffany se ha ido, así que bajo el ritmo un poco y hago footing durante lo que parecen ser horas. Sudo bajo la lluvia y el abrigo de mi padre empieza a pesar mucho. Ni siquiera puedo pensar lo que esto significa.

Traicionado por Tiffany. Traicionado por Dios. Traicionado por mi propia película. Aún estoy llorando, y tengo pensamientos horrorosos. Podría lanzar mi cuerpo bajo un autobús o un vagón de metro; podría, mientras estoy de camino, darle un pu?etazo a la ventana de algún coche hasta que la sangre de mis mu?ecas dejara de salir; podría dejarme caer al suelo y golpearme el cráneo contra el hormigón hasta que mis sesos se esparciesen por toda la acera y el pensamiento parase. Pero en lugar de eso, sigo haciendo footing.


Dios, no te pedí un millón de dólares. No te pedí ser famoso o poderoso. Ni siquiera te pedí que Nikki volviera conmigo. Solo te pedí un encuentro. Una simple conversación cara a cara. Todo lo que he hecho desde que dejé el lugar malo ha sido mejorar para convertirme exactamente en lo que Tú dices a todo el mundo que sea: una buena persona. Y aquí estoy, corriendo a través de Filadelfia Norte en un lluvioso día de Navidad, solo. ?Por qué nos contaste tantas historias acerca de los milagros? ?Por qué enviaste a tu Hijo para que bajase desde el cielo? ?Por qué nos das películas si la vida nunca acaba bien? ?Qué clase de mierda de Dios eres tú? ?Quieres que sea un miserable el resto de mi vida? ?Qué…?

Algo golpea con fuerza mi espinilla y entonces las palmas de mis manos se deslizan a través del mojado cemento. Siento patadas en la espalda, en las piernas y en los brazos. Me hago una bola intentando protegerme a mí mismo, pero las patadas continúan. Cuando siento como si mis ri?ones fueran a explotar, miro hacia arriba para ver quién está haciéndome esto, pero solo veo la suela de una zapatilla antes de que esta me golpee en la cara.





CHIQUILLO LOCO


Cuando me despierto, la lluvia ha parado, pero estoy temblando; me incorporo y me duele todo el cuerpo. Mi abrigo ha desaparecido. Mis zapatos de piel han desaparecido. Todo el dinero que tenía ha desaparecido. Mi cinturón ha desaparecido. El reloj nuevo que me había regalado mi madre por Navidad ha desaparecido. Con los dedos me toco la cara, y se vuelven rojos.

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