El lado bueno de las cosas(72)
—Te he echado de menos —dice Danny después de sentarse a mi lado—. Ni siquiera dijiste un maldito adiós cuando te fuiste.
—Mamá vino y me sacó cuando estabas en terapia musical. ?Cuándo saliste del lugar malo?
—Ayer mismo. Por buen comportamiento.
Miro la cara de mi amigo y veo que está serio.
—?De modo que saliste ayer del lugar malo, y justamente yo corro por tu vecindario, me roban en tu calle y te encuentro aquí?
—Supongo —dice Danny.
—Es una especie de milagro, ?no crees?
—Los milagros ocurren en Navidad, Pat. Todo el mundo sabe esa mierda.
Pero antes de que podamos decir nada más, una mujer peque?a con aspecto serio que lleva puestas unas enormes gafas de montura negra camina hacia la sala de estar y empieza a gritar: ??Oh, Dios mío! ?Oh, Jesús!?. Intento convencer a la tía Jasmine de que estoy bien, pero ella llama al 911 y seguidamente me encuentro en una ambulancia camino del hospital Germantown.
Cuando llego a la sala de urgencias, la tía Jasmine reza por mí y grita a un montón de gente hasta que me llevan a una habitación privada donde me quitan la ropa, me limpian las heridas y me cosen un corte de la cara.
Me dan un calmante mientras explico al oficial de policía lo ocurrido.
Después de pasar por rayos X, los médicos me dicen que tengo la pierna hecha polvo; mi madre, Caitlin y Jake llegan, y entonces tengo la pierna en una escayola que empieza en el tobillo y acaba justo debajo de la cadera.
Quiero disculparme con Danny y con la tía Jasmine por arruinarles la cena de Navidad, pero mi madre me dice que ellos se han ido enseguida después de que ella llegara, lo cual me entristece por alguna razón.
Cuando finalmente me dan el alta en el hospital, una enfermera me pone un calcetín morado en los dedos desnudos y me da un par de muletas, pero Jake me empuja en una silla de ruedas hasta su BMW. Tengo que sentarme de lado en el asiento de atrás con el pie sobre el regazo de mamá por culpa de la escayola.
Nos dirigimos hacia Filadelfia Norte en silencio, pero cuando salimos de la carretera Schuylkill Expressway, Caitlin dice:
—Bien, al menos nunca olvidaremos esta Navidad.
Lo dice como si fuera un chiste, pero nadie se ríe.
—?Por qué nadie me pregunta cómo acabé en Filadelfia Norte? —pregunto.
Después de una larga pausa mamá dice:
—Tiffany nos llamó desde una cabina y nos lo contó todo. Estábamos circulando por esa zona, buscándote, cuando han llamado del hospital a tu padre. él ha llamado al móvil de Jake y aquí estamos.
—?Así que he arruinado la Navidad de todo el mundo?
—Esa puta loca nos la ha arruinado.
—Jake —dice mamá—. Por favor.
—?Ganaron los Eagles? —le pregunto a Jake. Recuerdo que iban ganando y tenía la esperanza de que papá estuviera de un humor decente cuando llegara a casa.
—Sí —me dice Jake, de un modo que me deja entrever que está enfadado conmigo.
Los Eagles ganaron a T.O. y a Dallas, en Dallas, el día de Navidad, y Jake, que no se ha perdido un solo partido desde que estábamos en primaria, probablemente se ha perdido el mejor partido de la temporada porque estaba buscando por todo Filadelfia Norte a su hermano mentalmente trastornado. Y ahora caigo en por qué mi padre no estaba con el equipo de búsqueda; no había forma alguna de que se perdiera un partido de los Eagles tan importante, especialmente contra Dallas. No puedo evitar sentirme culpable, ya que probablemente habría sido una bonita Navidad, sobre todo porque mi padre habría estado de un humor increíble. Estoy seguro de que mamá había preparado comida. Incluso Caitlin lleva puesta una camiseta de los Eagles. Y yo continúo complicándole la vida a todo el mundo, y quizá habría sido mejor que los ladrones me hubieran matado, y…
Empiezo a llorar, pero silenciosamente, no quiero que mamá se disguste.
—Siento que te hayas perdido el partido por mi culpa, Jake —digo, pero las palabras me hacen llorar aún más, y enseguida estoy sollozando entre mis manos otra vez, como un bebé.
Mi madre me acaricia la pierna, pero nadie dice nada.
Hacemos el resto del camino a casa en silencio.
?ELLA CóMO ESTá?
Mi cumplea?os es el viernes 29 de diciembre. Por la tarde, mamá me ayuda a pegar bolsas de basura alrededor de la escayola para que pueda darme la primera ducha desde que me rompí la pierna. Hablar de esto es un tanto embarazoso, pero mamá tiene que ayudarme a proteger la escayola mientras yo pongo una pierna a cada lado del borde de la ba?era, intentando que mi peso caiga en la pierna buena. Mamá me alcanza el gel cuando lo necesito y también el champú. Ella hace como que no me mira el cuerpo desnudo, pero estoy seguro de que en algún momento echa un vistazo, lo que hace que me sienta extra?o. Hace días que no hago ejercicio, por lo que me noto peque?o y débil, pero mamá no dice nada sobre mi menguada redondez porque es una mujer amable.
Después de la ducha, mamá me ayuda a ponerme unos pantalones de chándal que ha modificado cortándoles una pierna desde arriba para que pueda ponérmelos. También me pongo una camisa de Gap con botones en el cuello y mi chaqueta de piel nueva. Bajo los escalones dando saltos, me apoyo en la puerta de camino y me instalo en el asiento de atrás del coche de mamá. Me siento de lado para que la escayola quepa.