Perfectos mentirosos (Perfectos mentirosos #1)(35)
Artie cerró la ventana del vídeo y quitó el USB del portátil.
—Esa era Eli el día antes de que no se la volviera a ver más —me informó, mirándome ahora con inquietud—. ?Notaste algo importante?
—Pues que tenía cara de asustada, que imprimió algo con mucho nerviosismo y que luego se fue corriendo —resumí. Miré a Artie con cierta confusión—. Pero ?de dónde lo has sacado?
Ella se rascó la nuca con aire apenado.
—Hay un chico con el que me he estado divirtiendo desde el a?o pasado. —Su voz demostró que no le enorgullecía mucho eso—. Estudia Informática. Es de los pocos que ha entrado con beca, y trabaja en el área de vigilancia de Tagus por las noches.
Me lo contó también:
Tres días después de que Eli desapareciera, Artie fue al área de vigilancia a, digamos, pasar un buen rato con ese chico, ya sabes, a manosearse, besarse, entrar en calor... Bueno, la Artie pasional llegó por sorpresa mientras el chico estaba haciendo la inspección de la grabación de la biblioteca. Se le subió encima en la silla giratoria, frente a las pantallas, y comenzaron a besarse. Artie se separó del beso un instante para quitarse la camisa y fue entonces cuando sus ojos se encontraron con el momento exacto en el que Eli estaba imprimiendo algo.
—Y robé la grabación —me explicó, poco orgullosa de ello—. No iba a delatarla. Oculté el vídeo porque creí que Eli estaba haciendo alguna broma o algo para mejorar sus notas. No sabía que luego desaparecería y que la grabación me haría pensar lo que ya te he dicho que pienso sobre Aegan.
Estaba muy sorprendida, en serio, porque Artie guardaba demasiada información, pero mi mente estaba más conectada en ese instante con Eli.
Ya entendía por qué Artie creía que Aegan tenía algo que ver con su desaparición o con lo que fuera que le había pasado. Se podían suponer muchas cosas viendo a esa chica asustada en la grabación, pero era fácil conectar su comportamiento con Aegan cuando recordabas que una de las cosas que él inspiraba era miedo, y ni siquiera de forma intencional. Su postura, su voz dictatorial, su seguridad, la fama de su familia, su capacidad para conseguir lo que quería, todo en él hacía que lo vieras como una persona a la que no podías desafiar, una persona superior a cualquiera. Una persona con un lado oscuro.
?Eli había tenido miedo de Aegan tal vez?
—?Qué hizo Aegan cuando ella desapareció? —indagué.
—Nada —resopló Artie—. Al día siguiente asistió con normalidad a todas sus clases. Y nunca se le vio afectado o preocupado, andaba por ahí igual que siempre, seguro y feliz. Nadie le hizo preguntas y él tampoco dio explicaciones. Fue como si nunca hubiese tenido una novia llamada Eli. ?Crees que eso es normal? ?Es normal que ignores el hecho de que la chica con la que ibas todos los días de la mano, de repente, un día desaparezca?
No, no lo era.
Nada de lo que estaba viendo y escuchando era normal.
Había algo muy raro en la desaparición de Eli, en la grabación, en que Artie viera a Aegan besando a otra chica... Eran retazos desperdigados de un suceso que nadie se había encargado de unir. Retazos intrigantes, tentadores...
—?Alguien más sabe esto? —pregunté.
—No, y nadie más debe saberlo —dijo Artie, nerviosa—. Aunque esta grabación exista no prueba nada, y los Cash tienen medios de sobra para tapar cualquier escándalo y ponerlo todo a su favor.
—Pero...
Fue ella quien en ese momento se puso frente a mí y me miró con gravedad. Con el delineado corrido por las lágrimas y los ojos enrojecidos, me pareció una chica afectada profundamente por cosas que nadie se imaginaba.
—Yo no dije nada ni diré nada —afirmó, segura de su decisión—. Y sí, es porque soy una cobarde.
Intenté animarla.
—No eres una cobarde, solo te falta más valentía.
—Esa es una forma amable de decirle cobarde a alguien —resopló ella, poniendo los ojos en blanco—. Pero el caso, Jude, es que decidí contarte todo esto porque él está más cerca de ti cada vez, se nota que le interesas, y tengo la preocupante sensación de que no es porque le gustes.
Yo también la tenía. No le gustaba a Aegan, de eso estaba segura, pero sus razones para salir conmigo seguían siendo un misterio. ?Tal vez solo por haberlo desafiado?
—No le tengo miedo —dije. Quería dejárselo claro.
—Pues yo sí —contestó ella al instante, y con las siguientes palabras su voz amenazó con quebrarse—: No quiero que un día desaparezcas igual que Eli. Tienes que alejarte de los Cash.
Percibí su preocupación. Era genuina. Sin embargo, no podía pretender que después de soltarme las bombas que me había soltado, a mí, la persona más antipasividad del mundo, me quedara tranquila. No, Artie, no.
—Mira, llevo solo dos semanas aquí y creo en lo que dices sobre Aegan —le dije, antes que nada—. No hay que conocerlo a fondo para notar que es todo menos lo que las personas creen que es.