Ciudades de humo (Fuego #1)(28)
Volvió sobre sus pasos para quedar delante de ella, y la miró con una ceja enarcada.
—Sabes hablar, ?no?
—Sí —murmuró irritada—. Algo me ense?aron.
Escuchó algunas risitas, pero Rhett no pareció molesto. De hecho, se limitó a chasquear la lengua.
—?Cuánto creéis que durará sin que la echen del cuadrilátero de una patada?
—Diez segundos —dijo una chica.
—Era una pregunta retórica, Annie, pero gracias por demostrarnos que se te da mejor meterte en un ring que ponerte a pensar —le soltó Rhett, y empezaron a escucharse más risas. Volvió a centrarse en Alice—. No te creas que por ser de la zona de los raritos lo vas a tener más fácil que los demás.
Alice por fin se atrevió a mirarlo a la cara, pero se arrepintió enseguida. Sin querer, su vista se había desviado de forma muy obvia a la cicatriz y él se había dado cuenta. Volvió a bajar la cabeza, sintiendo una oleada de tremenda incomodidad. Rhett, por su parte, fingió no haberse percatado.
—Observa a los demás y verás cómo son los movimientos básicos —finalizó—. Tú, vete al cuadrado.
Alice estuvo a punto de moverse, pero comprendió que estaba mirando a la chica que había hablado antes. Era bastante delgada, pero tenía la cara redonda. Respiró hondo y obedeció. Alice se había librado, menos mal. Como contrincante, Rhett escogió a otra chica de la misma anatomía que Annie. Parecía una pelea bastante justa.
El profesor se situó entre Alice y Jake e hizo un gesto con la mano. Ella no sabía muy bien qué esperar. Frunció el ce?o cuando vio que las combatientes se inclinaban ligeramente hacia delante y se miraban. ?Qué tenían que hacer?
—?Con quién vas? —le preguntó Rhett a Jake en voz baja.
—Annie no es muy buena. Con Jenell.
—Sabia decisión.
Entonces, una de las dos, Annie, dio un paso hacia delante y levantó los pu?os.
—?Eres diestra o zurda? —le preguntó Rhett a Alice de repente.
Ella lo miró sin comprender.
—Cuando tienes que hacer algo con las manos —insistió—, ?se te da mejor con la derecha o con la izquierda?
—Con la izquierda.
—?Zurda? Bueno, mejor. Así distraerás a tu oponente. —él se inclinó un poco en su dirección y se?aló a Annie—. ?Ves cómo está? Esa postura es defensiva y muy básica. Rodillas ligeramente dobladas, cuerpo ladeado..., debes tener siempre la mano buena más alejada del rival que la mala.
Alice asintió, medio fascinada, mientras veía a Annie y a Jenell moverse por el cuadrado sin perderse de vista. Mantenían la postura que Rhett acababa de explicarle. Entonces, Jenell apoyó todo su peso en un pie y lanzó un pu?etazo que Annie esquivó.
—No metas el dedo pulgar en el pu?o —a?adió Rhett—. Podrías hacerte mucho da?o. Y cuando vayas a atacar, adelanta siempre el pie contrario. La cadera se moverá con tu brazo y te proporcionará más fuerza. ?Lo estás entendiendo?
Alice asintió, algo dubitativa. La teoría era fácil, pero la práctica, dudaba que la ejecutara tan rápido.
Jenell había vuelto a lanzar un golpe, Annie se agachó y se abalanzó sobre ella, tirándola al suelo. Terminaron convirtiéndose en una bola de gru?idos y mandobles que no se disolvió hasta que Annie retrocedió, alarmada, llevándose una mano a la cara. Tenía la nariz ensangrentada. Alice intentó no parecer asustada. La sangre le recordaba a esa horrible noche en su ciudad. Y los recuerdos le produjeron sudores fríos.
—Has bajado la guardia. —Rhett avanzó hacia la chica—. Por eso te ha alcanzado la nariz.
Ella agachó la mirada.
—Si esto fuera un combate real, podrías haber terminado muy mal. Y tú —miró a la otra— has aflojado la mu?eca en uno de los golpes. Que no vuelva a pasar.
Durante dos largas horas, Alice vio cómo todos entrenaban de esa forma tan violenta por turnos y en pareja. Rhett le daba explicaciones y consejos cada vez que alguien hacía un movimiento nuevo, pero Alice apenas podía recordarlos, estaba muy nerviosa. Jake, por su parte, perdió contra un chico pelirrojo. Dean y Saud pelearon juntos y ganó este último. Algunos eran más agresivos que otros, pero la mayoría no salió del cuadrado con heridas graves. Aun así, era horrible. Era extremadamente violento. ?Cómo podían permitir eso? ?Cómo formaba parte de su día a día?
A última hora, cuando parecía terminar la clase, Rhett la miró de tal modo que Alice sintió que el mundo se encogía a su alrededor.
—Tú. —La se?aló, y luego lo hizo a su izquierda—. Y tú.
En efecto, la chica a la que se tendría que enfrentar era Trisha.
Esta le dirigió a Alice una mirada de indiferencia absoluta y pasó por su lado para entrar en el cuadrilátero. Se colocó en su sitio sin prisa, tranquila, y se quedó mirando a su contrincante, esperando.