El lado bueno de las cosas(50)



—Tu chico, Baskett, ha unido a la familia —dice mi padre—, ha sido un auténtico Dios hoy en el campo. Con una victoria así de los Eagles he pensado: ?por qué no hacer las paces con Jeanie?

Soy incapaz de responder.

—Pat, quizá te gustaría salir a correr —dice mamá—. Quizá una media horita…

Cierro la puerta de su habitación.

Mientras me pongo el chándal oigo el sonido del crujido de la cama de mis padres. Así que me pongo las zapatillas, bajo la escalera y salgo por la puerta principal. Corro por el parque, me acerco a la casa de los Webster y llamo a la puerta de la casa de Tiffany. Cuando responde, lleva puesto una especie de camisón y parece confundida.

—?Pat? ?Qué estás ha…?

—Mis padres están practicando sexo —explico—, ahora mismo.

Sus ojos se abren, sonríe y a continuación se ríe.

—Deja que me cambie —dice, y luego cierra la puerta.

Caminamos durante horas por todo Collingswood. Primero hablo de T.O., de Baskett, de mis padres, de Jake, de la Invasión Asiática, de las fotos de mi boda, del ultimátum que mi madre le ha dado a mi padre y que de hecho está funcionando, en fin, de todo, pero Tiffany no dice nada a modo de respuesta. Cuando ya no tengo nada más que decir simplemente caminamos y caminamos hasta que finalmente llegamos de nuevo a casa de los Webster y es hora de despedirnos. Le ofrezco la mano y le digo:

—Gracias por escuchar. —Cuando me doy cuenta de que ella no va a darme la mano comienzo a alejarme.

—Mírame —dice Tiffany como si cantase, lo cual es algo extra?o puesto que no ha dicho nada en toda la noche, pero yo me doy la vuelta y la miro—. Voy a darte algo que te confundirá, puede que incluso te cabree, así que no quiero que lo abras hasta que estés muy relajado. Hoy ni hablar. Espera un par de días y cuando estés contento abre la carta.

Al decir esto saca un sobre del bolsillo de su chaqueta y me lo entrega.

—Guárdatelo en el bolsillo —dice, y hago lo que me pide porque se está poniendo muy seria—. No volveré a correr contigo hasta que me des una respuesta, te dejaré solo para que pienses. Decidas lo que decidas, no puedes contarle a nadie el contenido de la carta, ?comprendido? Si se lo dices a alguien (incluido tu terapeuta), nunca te volveré a hablar. Te advierto que lo sabré por tu mirada. Es mejor que simplemente sigas mis directrices.

Mi corazón late muy fuerte. ?De qué habla Tiffany? Ahora lo único que quiero hacer es abrir el sobre.

—Tienes que esperar al menos cuarenta y ocho horas antes de abrirlo. Asegúrate de que estás de buen humor cuando abras la carta. Piénsalo y luego dame una respuesta. Recuerda, Pat, puedo ser muy buena amiga, pero no te gustaría tenerme como enemiga.

Recuerdo la historia que Ronnie me contó sobre cómo Tiffany perdió su trabajo y empiezo a sentirme muy asustado.





NECESITARé UNA VICTORIA


—Pregunta número uno —dice mi padre—. ?Cuántos touchdowns hará McNabb contra los Saints?

Me cuesta creer que realmente esté comiendo sentado a la mesa con mi padre. Mamá me sonríe mientras enrolla los espaguetis con el tenedor. Hasta me gui?a un ojo. No me malinterpretéis, estoy feliz de que el plan de mamá haya funcionado y estoy encantado de comer con mi padre, incluso de tener una conversación con él, y sobre todo estoy feliz de ver que mis padres están cari?osos el uno con el otro; pero sé (y eso me preocupa) que un partido perdido de los Eagles será suficiente para convertir a papá en un hura?o de nuevo. Estoy preocupado por mamá, pero decido que es mejor vivir el momento.

—Diez touchdowns —le digo a mi padre.

Papá sonríe, se mete una salchicha peque?a en la boca, mastica con entusiasmo y le dice a mamá:

—Pat dice que diez touchdowns.

—Quizá once —a?ado para sonar optimista.

—Pregunta número dos. ?Cuantos touchdowns hará el debutante estrella de la temporada, Hank Baskett?

Me doy cuenta de que Baskett solo ha hecho un touchdown en los cinco primeros partidos, pero sé que mi familia es muy optimista esta noche, así que digo:

—Siete.

—?Siete? —me pregunta papá sonriendo.

—Siete.

—Dice que siete, Jeanie. ?Siete! —Y luego papá me dice a mí—: Pregunta número tres. ?En qué cuarto sufrirá el quarterback Drew Bress una conmoción cerebral después de ser sacudido muchas veces por la defensa superior de los Eagles?

—Hum, esa es difícil. ?En el tercer cuarto?

—Eso es incorrecto —dice mi padre negando con la cabeza en una mueca de decepción—. La respuesta correcta es en el primer cuarto. Pregunta número cuatro. ?Cuándo vas a traer a casa a esa tía con la que siempre sales a correr? ?Cuándo vas a presentarme a tu novia?

Cuando papá termina de hacerme la pregunta número cuatro se mete un pu?ado de espaguetis en la boca y empieza a masticar.

—?Has visto que Pat encontró las fotos de su boda y las volvió a colocar en el salón? —dice mamá, y su voz tiembla un poco.

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