El lado bueno de las cosas(57)
—No puedo hablar de ese tema hasta que pase el recital de baile de ma?ana. Solo puedo decir que necesito reclutar tanta gente como me sea posible para que Tiffany y yo cautivemos a los jueces con los aplausos. Ganar es muy importante y Tiffany dice que con el apoyo del público podemos convencer a los jueces.
—Si voy, ?hablarás conmigo de esa cosa que no tienes permitido hablar después de la actuación?
—Cliff, no puedo hablar de eso hasta después de la actuación.
—Bueno, pues entonces yo tampoco podré decirte si iré a la actuación —dice Cliff.
Primero creo que está de broma, pero cuando al final de la sesión me doy cuenta de que no ha vuelto a sacar el tema pienso que he perdido la oportunidad de que Cliff venga al recital con su mujer y eso me hace sentir deprimido.
*
—?Hola, este es el contestador automático de Jake y de Caitlin. Deje su mensaje después de la se?al. Bip?.
—Jake, siento llamar tan tarde, pero vengo de ensayar. Sé que estás enfadado conmigo porque crees que he maldecido a esas personas que me hacen tararear a veces, pero si tú y Caitlin venís a mi recital de baile hay una oportunidad de que pueda hacer esa cosa que hacíamos los domingos, sobre todo si nos aplaudís a Tiffany y a mí con fuerza. Necesitamos gente que nos vitoree para que los jueces se vean influenciados por la audiencia. Es muy importante para mí ganar esta competición. Así que, como hermano mío, te pido que traigas a tu mujer al Plaza…
—?Bip?.
Cuelgo y vuelvo a marcar.
—?Hola, este es el contestador automático de Jake y de Caitlin. Deje su mensaje después de la se?al. Bip?.
—Es el hotel Plaza, el que está en…
—?Hola? ?Va todo bien?
Es la voz de Caitlin; me pongo nervioso y cuelgo, y me doy cuenta de que he perdido la oportunidad de que Jake venga al recital.
*
—Pat, sabes que estaré ahí y que aplaudiré muy fuerte, pero ganar no lo es todo —dice mamá—. Es el hecho de que fueras capaz de aprender a bailar en solo unas semanas, eso es impresionante.
—Pregúntaselo a papá.
—Lo haré, pero no quiero que pongas muchas esperanzas en eso. Un recital de danza no es algo a lo que tu padre habría ido aunque los Eagles hubieran ganado los últimos tres partidos.
COMO UNA SOMBRA SOBRE Mí TODO EL TIEMPO
Veronica nos deja enfrente del hotel Plaza el sábado.
—Mucha mierda —dice justo antes de marcharse.
Sigo a Tiffany a través del vestíbulo y pasamos por una fuente de unos tres metros de alto; consta de cuatro torres y en cada una de ellas va cayendo el agua. Peces de verdad nadan en el agua y hay un cartel que dice: NO TIRAR MONEDAS A LA FUENTE. Tiffany ya ha estado aquí antes. Camina por delante del mostrador de información y me guía a través de un laberinto de pasillos forrados con papel dorado. Del techo cuelgan unas ostentosas lámparas doradas con forma de peces que llevan bombillas en la boca. Finalmente, encontramos la zona en la que tendrá lugar el recital.
Unas cortinas rojas enmarcan el escenario. Hay un gigantesco cartel que cuelga por encima de la pista de baile y en el que pone: ELIMINA LA DEPRESIóN BAILANDO. Nos disponemos a apuntarnos en el mostrador cuando nos damos cuenta de que somos los primeros en llegar, ya que la mujer gorda que se encarga del listado de participantes dice:
—No se pueden apuntar hasta dentro de una hora.
Nos sentamos en una fila de asientos. Yo echo un vistazo a mi alrededor. En el techo hay colgada una inmensa lámpara de ara?a, y el techo no es un techo normal pues está decorado con todo tipo de flores y ángeles de escayola. Tiffany está nerviosa. No para de hacerse crujir los nudillos.
—?Estás bien? —le pregunto.
—Por favor, no me hables antes de que empiece la actuación. Da mala suerte.
Así que me siento y empiezo a ponerme nervioso, sobre todo porque me juego mucho más en esta competición que Tiffany, y ella está nerviosa. Trato de no pensar en la posibilidad de perder la oportunidad de mandarle una carta a Nikki, pero, por supuesto, eso es en lo único que puedo pensar.
Cuando empiezan a llegar el resto de los concursantes me doy cuenta de que la mayoría de ellos parecen estudiantes de instituto y pienso que es extra?o, pero no digo nada, sobre todo porque no tengo permitido hablar con Tiffany ahora.
Nos apuntamos y le damos la música al chico de sonido, que recuerda a Tiffany del a?o pasado, porque le dice:
—?Aquí otra vez?
Tiffany asiente y nos vamos hacia los bastidores a cambiarnos. Gracias a Dios, me da tiempo a ponerme las mallas antes de que el resto de los participantes lleguen a los bastidores.
Estoy en una esquina, con Tiffany, pensando en mis cosas, cuando una se?ora fea le hace se?as a Tiffany y le dice:
—Sé que vosotros los bailarines sois muy liberales con vuestro cuerpo, pero no esperaréis que mi hija adolescente se cambie delante de este hombre medio desnudo, ?verdad?
Tiffany está realmente nerviosa ahora (lo sé porque no maldice a esa se?ora fea que me recuerda a las enfermeras del lugar malo, sobre todo porque no está en forma y lleva ese peinado de se?ora mayor cardado).