El lado bueno de las cosas(62)
Creo que lo mejor es que te diga que me he vuelto a casar. No entraré en detalles, a menos que me lo pidas, Pat. Estoy segura de que esto supone una conmoción para ti, especialmente después de que Tiffany me haya leído las muchas partes de tu diario que parecen indicar que todavía tenías la esperanza de salvar nuestro matrimonio. Debes saber que eso no va a ocurrir. La verdad es que pensé en divorciarme de ti antes del accidente, antes de la operación y antes de que te ingresaran en la unidad de neurología. No éramos una buena pareja. Tú nunca estabas en casa. Y, admitámoslo, nuestra vida sexual era una mierda. Por eso te enga?é, algo que igual recuerdas o igual no. No estoy intentando hacerte da?o, Pat, todo lo contrario, no me siento orgullosa de mi infidelidad. Me arrepiento de haberte enga?ado. Pero nuestro matrimonio se había acabado antes de que yo tuviera una aventura. Tu mente no está bien, pero me han dicho que tu terapeuta es uno de los mejores del sur de Jersey. El tratamiento está funcionando y pronto recuperarás tu memoria; cuando eso ocurra, recordarás el da?o que te hice y entonces ni siquiera querrás escribirme, por no hablar de intentar recrearte en lo que crees que un día tuvimos.
Entiendo que mi brusca respuesta a tu carta extremadamente larga y pasional pueda disgustarte, y si no quieres volver a escribirme, lo entenderé. Pero quería ser sincera contigo. ?De qué serviría mentirte ahora?
Tuya,
NIKKI
P.D. Me ha impresionado que finalmente hayas leído muchos de los libros de mi temario de literatura americana. Muchos estudiantes también se han quejado de que las novelas son demasiado deprimentes. Prueba con Mark Twain. Huck Finn acaba bien. Te gustará. Pero te diré lo mismo que les digo a mis alumnos cuando se quejan de la naturaleza deprimente de la literatura americana: la vida no es una película alegre para menores acompa?ados de un adulto. La vida real, a menudo, acaba mal, como nuestro matrimonio, Pat. Y la literatura trata de documentar esta realidad mientras nos ense?a que aún es posible que la gente evolucione noblemente. Tengo la sensación de que has evolucionado muy noblemente desde que volviste a New Jersey, y quiero que sepas que te admiro por eso. Espero que puedas reinventarte a ti mismo y vivir el resto de tu vida con un tranquilo sentido de satisfacción, que es lo que yo he estado intentando hacer desde que nos separamos.
CARTA N.o 3 - 19 DE NOVIEMBRE DE 2006
Querida Nikki:
Tan pronto como recibí tu carta hice que mi madre fuera a buscar Las aventuras de Huckleberry Finn a la biblioteca pública de Collingswood. Ansioso como estaba por disfrutar una obra literaria con un final feliz, me leí el libro entero de una sola sentada, lo que supuso que me olvidara de ir a la cama durante una noche. No sé si Tiffany te leería las partes de mi diario en las que hablo de mi amigo negro Danny, pero este libro le volvería loco, ya que Twain utiliza 215 veces la palabra que empieza por ?n?. Esto lo sé porque después de leer los primeros capítulos empecé de nuevo y llevé la cuenta. Cada vez que Twain utilizaba la palabra que empieza por ?n? hacía una marca en un trozo de papel, y cuando acabé ?había 215 marcas! Danny dice que solo la gente negra puede utilizar la palabra que empieza por ?n?, que es una especie de verdad universal hoy en día, por lo que me sorprende que la junta escolar te deje ense?ar ese libro.
Pero el libro no me gustó mucho. Aunque Tom Sawyer debería haberle dicho a Jim que era libre enseguida, me alegré por Jim cuando al final de la novela se gana su libertad. Además, la forma en la que Huck y Jim se mantienen juntos durante las malas rachas me recuerda al modo en que Danny y Pat se apoyaban en el horrible lugar. Lo que de verdad me chocaba era cómo Huck seguía luchando con la idea de que Dios no quería que ayudara a Jim a escapar porque Jim era un esclavo. Me di cuenta de que la gente tenía diferentes valores en aquella época, y que la Iglesia y el gobierno aprobaban la esclavitud, pero Huck realmente me impresionó cuando dijo que si ayudar a Jim a ser libre significaba ir al infierno, iría al infierno.
Cuando leí tu carta lloré durante mucho tiempo. Sé que fui un mal marido, y no estoy cabreado por que me enga?aras o me dejaras, ni siquiera por que te volvieras a casar. Te mereces ser feliz. Y si estás casada ahora, volver conmigo sería un pecado, porque significaría que estamos cometiendo adulterio, incluso aunque sigo pensando en ti como mi esposa. Estos pensamientos me marean, ya que me hacen dar vueltas sin control, y hacen que quiera golpearme la frente con algo duro y abrir mi cicatriz, que me pica cada vez que estoy confuso o alterado. Utilizando tu metáfora… desde que puedo recordar, he estado conduciendo por una autopista oscura, adelantando a coches veloces. Todo lo demás ha sido una entrada en boxes: la familia, los Eagles, los bailes, mis entrenamientos. He estado conduciendo hacia ti todo el tiempo, deseando solo una cosa: reunirme contigo. Y ahora, finalmente, me doy cuenta de que estoy intentando cortejar a una mujer casada, y sé que es un pecado. Pero no creo que puedas entender lo duro que he trabajado para este final feliz. Estoy en forma, y ahora estoy practicando cómo ser amable en vez de correcto. No soy el hombre con el que estuviste casada todos aquellos a?os de soledad. Soy un hombre mejor. Un hombre que te llevaría a bailar y que dejaría por completo el deporte (entrenar y los Eagles) si eso te hiciera feliz. Mi conciencia me dice que no debería continuar con estos sentimientos, pero el que me dijeras que me leyera la novela de Twain me hizo pensar que quizá me estabas enviando una se?al. Huck pensó que no debería ayudar a Jim a escapar, pero siguió a su corazón, liberó a Jim, y esto fue lo que se convirtió en el final feliz. Así que, quizá de un modo indirecto, me estás diciendo que… ?debería seguir a mi corazón? ?Por qué otra razón ibas a recomendarme específicamente Las aventuras de Huckleberry Finn?