El lado bueno de las cosas(28)
Yo sonrío orgulloso mientras me pega un golpecito en el hombro, como hacen todos los hombres que son colegas.
—Hace a?os, quiero decir, hum… ?Cuántos meses han pasado? —él y mi hermano intercambian una mirada que no me pasa desapercibida, pero antes de que yo pueda decir nada, Scott grita—: ?Eh, culos gordos de dentro de la tienda! Quiero presentaros a mi chico, Pat, el hermano de Jake.
La tienda es del tama?o de una peque?a casa. Al entrar, veo que en un lado hay un gigantesco televisor de pantalla plana y que cinco tipos realmente gordos están viendo las imágenes previas al partido. Todos llevan camisetas de los Eagles. Scott me dice sus nombres y cuando pronuncia el mío los hombres asienten, me saludan y siguen mirando el espectáculo previo al partido. Todos ellos llevan agendas electrónicas y sus ojos se mueven rápidamente de las peque?as pantallas que tienen en las manos a la gran pantalla que hay en el otro extremo de la tienda. Casi todos llevan puestos unos auriculares que, imagino, están conectados a sus teléfonos móviles.
Mientras salimos de la tienda, Scott dice:
—No te preocupes. Están tratando de obtener información de última hora. Serán un poco más amistosos cuando ya hayan hecho sus apuestas.
—?Quiénes son? —pregunto.
—Chicos del trabajo. Soy técnico informático y trabajo en Digital Cross Health. Hacemos páginas web para médicos de familia.
—?Cómo pueden mirar la televisión aquí en el aparcamiento? —pregunto.
Mi hermano me lleva de vuelta a la tienda y se?ala un peque?o motor que hay en una cajita metálica.
—Un generador de energía. —Luego se?ala la parte de arriba de la tienda, donde hay colgado un peque?o platillo gris—. Y una antena para verla por satélite.
—?Qué hacen con todo esto cuando entran en el campo? —pregunto.
—Oh —dice Scott con una risita—, ellos no tienen entradas.
Jake me pone Yuengling Lager en un vaso de plástico y me lo da. Me percato de que hay tres neveritas llenas de latas y botellas de cerveza, probablemente cuatro o cinco cajas. Sé que el vaso de plástico es para mantener a la policía alejada, pues pueden arrestarte si tienes una lata de cerveza en la mano, pero no pueden hacer lo mismo si lo que sujetas es un vaso de plástico. Las bolsas vacías que hay fuera de la tienda me indican que Jake y Scott ya me llevan ventaja.
Mientras Scott termina de preparar el desayuno (salchichas y huevos revueltos que cocina en una sartén que ha colocado sobre las llamas de una barbacoa de gas) no me hace muchas preguntas sobre lo que he estado haciendo. Y yo lo aprecio. Estoy seguro de que mi hermano ya le ha contado a Scott lo de mi estancia en el lugar malo y lo de mi separación de Nikki, pero aun así aprecio que Scott me permita reintegrarme en el mundo futbolístico de los Eagles sin interrogarme.
Scott me cuenta cosas de su vida. Resulta que mientras yo estaba en el lugar malo se casó con una chica llamada Willow y ahora tienen unas gemelas de tres a?os llamadas Tami y Jeri-Lyn. Scott me ense?a una foto que guarda en su cartera en la que las ni?as están vestidas con trajes de ballet (tutús y medias) con los brazos estirados por encima de la cabeza (en la que llevan diademas plateadas) se?alando al cielo.
—Mis peque?as bailarinas. Ahora vivimos en la parte de Pensilvania. En Drexel Hill —dice Scott mientras coloca media docena de salchichas en la parte superior de la barbacoa para que se mantengan calientes mientras cocina la siguiente tanda. Pienso en Emily, en cómo ella y yo flotábamos el día anterior sobre las olas, y me prometo a mí mismo ponerme las pilas para tener una hija en cuanto el período de separación haya terminado.
Trato de no hacer cálculos en mi cabeza, pero no puedo evitarlo. Si es padre de unas gemelas que tienen tres a?os y se casó un tiempo después de la última vez que lo vi pero antes de que su mujer se quedase embarazada… eso quiere decir que por lo menos no he visto a Scott en los últimos cuatro a?os. Aunque puede que dejase a su novia embarazada y luego se casase con ella, pero claro, no puedo preguntar eso. Aun así, como sus hijas tienen tres a?os, eso sigue queriendo decir que no he hablado con él desde hace tres o cuatro a?os.
Mi último recuerdo de Scott es en el estadio de los Vet. Hacía una temporada o dos que le había vendido mi pase de temporada a Chris, el hermano de Scott, pero Chris viajaba a menudo para asistir a reuniones de trabajo y me permitía comprar mi asiento para esos pocos partidos que el equipo jugaba en casa mientras él estaba fuera. Recuerdo que vine de Baltimore para ver un partido contra los Dallas. No recuerdo quién ganó o cuál fue el resultado, lo que sí recuerdo es estar sentado entre Jake y Scott en el nivel 700 cuando los Dallas marcaron un touchdown. Algún payaso que estaba detrás de nosotros se levantó y empezó a vitorear mientras se desabrochaba la chaqueta y mostraba una camiseta de Tony Dorsett. Todas las personas de nuestra sección empezaron a abuchear y a lanzar comida al aficionado de los Dallas, que sonreía y sonreía.
Jake estaba muy borracho y casi no podía ponerse en pie, pero corrió tras ese aficionado de los Dallas trepando por tres hileras de personas. El sobrio aficionado de los Dallas se deshizo fácilmente de Jake, pero cuando Jake cayó en los brazos de un hincha borracho de los Eagles se oyó un lamento y vimos que las fuerzas de seguridad reducían al tipo de la camiseta de Tony Dorsett.