Todo lo que nunca fuimos (Deja que ocurra, #1)(64)



Axel se movió inquieto, incómodo, prudente.

—A veces es mejor dejar las cosas como están.

—Prefiero saberlo. Necesito saberlo —susurré.

él se recostó y bajó las defensas. El muro se deshizo a sus pies y sus palabras surgieron tras la nube de polvo que terminó por atraparnos dentro.

—Hablaría contigo. Te preguntaría cómo te llamas.

—?Solo eso? —Me humedecí los labios.

—Luego bailaríamos juntos y te besaría lento.

—Suena romántico —admití insegura.

Un músculo se tensó en su mandíbula cuando apoyó los antebrazos en la mesa que nos separaba y se inclinó hacia mí.

—Después, sin que nadie se diese cuenta, te arrinconaría contra una pared, metería la mano por debajo de ese vestido que llevas, y te follaría con los dedos.

—Axel… —Mi corazón se saltó un latido.

—Haría que repitieses mi nombre así.

Abrí la boca para decir algo, pero no salió ningún sonido. Nos quedamos en silencio, los dos con la respiración agitada, ajenos a la música y a la gente que había a nuestro alrededor. Axel resopló y se frotó el rostro con las manos.

—Deberíamos volver a casa —dijo.

—?Ya? Todavía es temprano y…

—Leah, por favor.

—De acuerdo.





64



AXEL

Oliver cogió su botellín de cerveza y sonrió relajado. Estábamos sentados en los escalones del porche de casa y la brisa del mar sacudía los arbustos que crecían alrededor.

—Así que la cosa marcha con Bega.

—Eso parece. Me gusta. Me gusta demasiado.

—Ya veo… —Bebí un trago de cerveza.

—Pensaba que nunca me sentiría así…

—Y yo que jamás lo vería —me reí.

Oliver se revolvió el cabello.

—Es que, no sé, al principio simplemente me gustaba, pero después la cosa se empezó a complicar. Ella es… distinta. Sé que crees que te hablo en chino, pero lo digo en serio, Axel. Piensas que no pasará, y un día te levantas y ya no puedes quitarte a esa persona de la cabeza.

—Tengo que ir a por un cigarrillo.

Fui a la cocina a buscar el paquete de tabaco. Regresé junto a él aún incómodo, como cuando caminas con una piedrecita minúscula dentro de la zapatilla y, aunque no duela, no puedes ignorar que está ahí. Me encendí el cigarro.

—?Cómo van las cosas por aquí?

Oliver me palmeó la espalda y tosí soltando el humo.

—Bien, como siempre, supongo.

—Yo no diría eso. Leah está muy cambiada. Estos dos últimos meses casi parece la chica que era antes.

Yo me tragué las palabras que me quemaban en la garganta porque, desde mi punto de vista, ella no se parecía en nada a la chica de entonces.

Había cosas inalterables, pero muchas otras nuevas. La Leah que vivía conmigo era más oscura, más intrigante y, para mi desgracia, más mujer.

Estaba su faceta fría, lejana, la que pintaba en blanco y negro, y se pasaba horas encerrada en su habitación con los auriculares puestos o un carboncillo entre los dedos. Y luego la otra: la inesperada, la que me cogía por sorpresa y me jodía un poco la vida, la que se desnudaba en mi salón una noche cualquiera. Y joder, joder, me gustaban las dos, todo, de algún modo retorcido que no sabía desenredar.

—Sí, va poco a poco. —Le di una calada larga—. Oye, cuando te dieron el trabajo, ?no dijiste que quizá la temporada que te tocaba estar allí se acortara?

—Pensaba pedirlo, acelerar las cosas…

—?Aún puedes hacerlo?

—?Qué pasa? ?Leah te está dando problemas?

—No, no es eso… —Me froté la cara—. Olvídalo.

—Eh, vamos, dímelo.

Oliver esperaba impaciente una respuesta. Yo sentí que el corazón me latía más rápido. Joder, que nos habíamos pasado la vida mano a mano, juntos. Que hasta un par de a?os antes no sabía hacer nada sin él. Que era el único amigo de verdad que había tenido, casi como un hermano. Y me estaba comportando como un cabrón.

—Tan solo lo decía para cuadrar las fechas. La idea es que vaya a la universidad, ?no? Depende de cuándo empiece el curso, habrá que mirar la residencia. Y hablando de eso, he pensado en llevármela a Brisbane un día, ense?arle el campus… Puede que eso la motive. Quería consultarlo antes contigo.

—Joder, es una idea genial.

—Iremos a finales del próximo mes.

—?Tú crees que todo saldrá bien?

—?Qué quieres decir?

—Que esto valdrá la pena. Lo de Sídney. Que Leah irá a la universidad y que seguirá adelante con los planes que tenía antes de… eso.

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