La noche del jaguar (Psy-Changeling #2)(123)



—Bueno, no puede —dijo Faith sin mostrar dudas delante de aquellos gatos que vivían y amaban con ferocidad salvaje—. Porque yo solo quiero que me beses tú.

—?Sí?

—Sí.

—Creo que me cae bien el lobo si consigue que digas cosas como esa.

Riendo, dejó que él la besara porque Vaughn lo necesitaba. Se mostraba más posesivo y dominante que los demás machos que había visto con sus compa?eras. Pero eso le parecía bien. Podía soportar que creyera que ella era completamente suya.

—Solía preocuparme que la faceta oscura de mi don fuera mala, una materialización de la dualidad de la red —le dijo a Vaughn mientras estaban sentados fuera cerca de su hogar. Las estrellas se asomaban entre las densas copas y los habitantes del bosque estaban ocupados con sus cosas, a salvo sabiendo que el depredador que vivía allí también se dedicaba a las suyas—. Pero ahora sé que aunque lo que me muestre pueda ser bueno o malo, no es malvada en sí misma.

Vaughn, sentado detrás de ella acunándola entre los brazos y las piernas, apoyó la barbilla en su cabello, pero no la interrumpió. Su gato sabía escuchar. A veces el problema era hacerle hablar.

—Todavía no me he reconciliado del todo con ello, pero comienzo a entender aquello que he nacido para ver, lo que cualquiera con mi habilidad ha nacido para ver.

—Tu don, Faith. Es un don precioso.

—Sí. —Sonrió, pues le agradaba aquel término—. Lo que siento ahora mismo… podría compararlo a despertar de un largo sue?o y ver el mundo real. Es un lugar precioso, pero también hay oscuridad. Si intentas erradicar esa oscuridad, también destruyes la luz.

El dolor que sentía por el futuro de su gente le oprimía el corazón.

—Hay esperanza. La MentalNet está luchando.

Faith tenía que creer en ello.

—Y hay otros que también empiezan a despertar del sue?o. —Un sue?o de Silencio—. Las ondas pueden tardan a?os en atravesar la red, pero están ya ahí. —Poniendo la mano en los brazos desnudos de Vaughn, se refugió en su contacto, aquello que una vez amenazó con hacerla pedazos—. Me alegro mucho de haberte encontrado.

La risita de Vaughn reverberó en todo su ser.

—Lo siento, pelirroja. Pero yo te encontré primero.

—No, no es así. —Frunció el ce?o; a Vaughn le gustaba demasiado salirse con la suya—. Fui yo quien salió al bosque.

—Sí, pero yo estaba esperando a que salieras. —Le acarició el cuello con la nariz—. Me sentí atraído por tu casa como si fuera un adicto. De no haber salido cuando lo hiciste, habría entrado a echar un vistazo.

Faith abrió los ojos como platos.

—Hay cosas que no se pueden cambiar. —Un pensamiento que en otros tiempos podría haberla asustado.

—?Qué?

—El futuro no siempre es mutable. —?Y qué significaba eso?—. Nunca antes había pensado en ello. Las repercusiones son enormes. Qué ha de ser, qué no se puede cambiar… ?Quién lo elige? ?Qué es lo hace que algunas cosas estén grabadas en piedra y otras en arcilla?

Estaba emocionada. Finalmente controlaba su don, era capaz de dedicar su atención a cosas que despertaran su imaginación.

—Algunas cosas han de suceder. —Vaughn le mordió en el cuello haciendo que se fijara de nuevo en él—. Tú nunca ibas a ser de nadie más que mía.

—Eres muy posesivo. —Ladeó la cabeza para mirarle a los ojos—. Yo también.

El jaguar que se asomaba a sus ojos estaba complacido.

—Me gusta tu coraje.

Faith se estiró para besarle la mandíbula sin afeitar.

—?Crees que puedes ense?arme a ronronear?

—Cielo, tú ronroneas cada vez que te acaricio hasta llevarte al orgasmo.

El deseo se apoderó de ella y todo pareció volverse más intenso, más nítido. Se apartó y acomodó su cuerpo hasta ponerse a horcajadas sobre él. Frente a frente. Se estaba convirtiendo en su posición favorita, aunque tenía que negociar con Vaughn… su jaguar prefería el sexo más salvaje. Se le calentó la sangre al recordarle hundiéndose en su interior mientras ella se apoyaba en sus hombros y se inclinaba para besarle. Pero la expresión de su rostro la hizo detenerse.

—?Qué?

—Me encanta ver la pasión en tus ojos.

Ella sonrió. Parecía apropiado que sus ojos fueran ahora un reflejo de su mente.

—??????

—?Te está hablando de nuevo? —preguntó, habiendo aprendido a leer la alteración en el vínculo que compartían y que anunciaba una visita.

Faith asintió.

—Siente curiosidad por ti.

—?Qué quiere saber?

—Todo. Está ávida de vida, de esperanza, de alegría. —Extendió los dedos sobre la piel de su jaguar—. Como yo. Hazme ronronear, Vaughn.

—?Dentro o fuera?

Faith abrió los ojos desmesuradamente y levantó la vista al cielo nocturno, un manto colmado de belleza y oscuridad, luces y sombras, negro y blanco, tal y como debía ser.

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