La noche del jaguar (Psy-Changeling #2)(122)
—Hay algunos que tienen que crecer un poco —farfulló Tamsyn—. Juro que los jóvenes van a hacer que me salgan canas.
—?Qué tal está Jase? —preguntó Dorian, y su voz fue como un murmullo distorsionado en la mente de Faith.
—Está curado. Hasta la próxima… —La voz de Tamsyn se fue apagando.
Faith agarró con fuerza su taza mientras intentaba comprender qué era lo que estaba viendo. Había dolor, cosas rompiéndose, una terrible sensación de pérdida, pero nada estaba aún escrito en piedra, de modo que no era definitivo. Era una visión y no guardaba relación alguna con los negocios.
—Van a morir siete ni?os.
Vaughn se quedó paralizado cuando aquellas palabras salieron de la boca de su compa?era. Le retiró el cabello para poder verle la cara; tenía los ojos cerrados y unas líneas de concentración marcaban profundos surcos en su cremosa piel.
—?Faith?
—Siete ni?os. No gatos. Lobos. Siete lobeznos. —Vaughn la tenía en sus brazos, pero su don la había transportado a otro lugar, a otro momento—. Parte de un túnel va a derrumbarse. Esta noche. O ma?ana temprano.
Todos estaban escuchando. Sascha ya le había pasado el teléfono a Lucas. Vaughn le acarició la cara a Faith, aliviado por las vibraciones de amor que recibía a través del vínculo de pareja. Ella estaba viajando a lugares a los que él no podía ir, pero sabía cómo regresar a casa.
—?Dónde, cielo? ?Qué parte de los túneles?
Entrecerró los ojos como si se esforzara por distinguir alguna cosa.
—Hay una pintura en la piedra de un lobezno durmiendo bajo un árbol. Oh, hay otro trepando por él entre los arbustos y un tercero en las ramas.
—Dios santo —susurró Clay—. Los más peque?os están en la guardería.
Vaughn también se acordaba de la guardería. La primera vez que los DarkRiver se infiltraron en la guarida de los SnowDancer para dejar su mensaje, ?No nos hagáis nada y nosotros no os lo haremos?, se habían asegurado de impregnar las proximidades de la guardería con su olor para demostrarles que habían estado cerca de los más vulnerables de la manada y no les habían hecho ningún da?o. No había mejor muestra de amistad que esa.
Vaughn vio cómo Lucas marcaba el código del alfa de los SnowDancer. La conversación fue breve, pero al parecer Hawke se tomó el aviso muy en serio. Lucas estaba colgando cuando Faith sacudió la cabeza y parpadeó.
—?Estás bien, pelirroja?
—Sí, estoy bien.
Metió la mano bajo la camiseta de Vaughn para posarla sobre su piel. El jaguar estaba encantado de ser su apoyo.
Inclinándose, la besó haciendo que saliera por completo del trance.
—?No hay crisis?
—No. Los nuevos escudos están funcionando. —Su expresión se tornó pensativa—. ?Por qué los lobos? No los conozco.
—Tenemos un vínculo con los SnowDancer —respondió Vaughn, percatándose de que no le había explicado aquel detalle del clan—. El pacto de sangre se completó físicamente poco después de que Sascha se uniera a nosotros, aunque éramos aliados en los negocios mucho antes de eso.
—Oh. Yo…
El teléfono de Lucas sonó, y este leyó la pantalla y descolgó.
—?Hawke? —Silencio—. ?Están a salvo los lobeznos?
Vaughn podía oír lo que decía el lobo, pero esperó hasta que Lucas colgó para contárselo a Faith.
—Hawke dice que han encontrado una enorme grieta en una de las paredes que soportan el área, oculta tras unos tapices. Ya la están reparando. —Le acarició el cuello con la nariz—. También te da las gracias por el aviso.
—?Qué hay de la última parte? —Lucas enarcó una ceja.
Vaughn profirió un gru?ido.
—A ese lobo le gusta vivir peligrosamente.
—?Qué es lo que ha dicho? —preguntó Faith, intrigada por la sonrisa en la cara de Sascha. La otra psi parecía saberlo ya.
—Nada. —Vaughn le mordisqueó ligeramente la oreja, un gesto tan posesivo que podía sentir cómo empezaba a sonrojarse. Parecía que a veces el adiestramiento psi resultaba muy útil.
—Dímelo. —Faith deslizó las u?as por la piel de su pecho—. ?Qué ha dicho?
—El jodido lobo ha preguntado si nuestra psi-c era guapa. Y el condenado de Lucas le ha respondido que sí. —Parecía menos humano con cada palabra que pronunciaba—. Así que Hawke ha dicho que te dará un beso de agradecimiento en tu preciosa boca la próxima vez que te vea.
Todos excepto Vaughn sonreían de oreja a oreja. Incluso los labios de Clay se habían curvado. Después del recelo inicial, y a pesar de la revelación que había tenido acerca de él, Faith había descubierto que le agradaba el serio centinela. Le había invitado a cenar hacía una semana y, para sorpresa de Vaughn, él había ido. Y la había tocado. Un ligero roce de los nudillos sobre la mejilla le había dicho que la aceptaba. Que era del clan.
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