El lado bueno de las cosas(81)



Incluso cuando Tiffany utiliza la palabra que empieza por ?j?, su voz se quiebra como la de mamá cuando dice algo que realmente siente, y eso me hace pensar que quizá Tiffany empiece a llorar justo aquí en el puente.

—Soy una persona que lo fastidia todo, que ya no sabe cómo comunicarse con la gente a la que quiere. Pero sentía todo lo que te dije en la carta. Si yo hubiera sido tu Nikki, habría vuelto a ti el día de Navidad, pero no soy Nikki. Lo sé. Y lo siento.

No sé qué responder, de modo que me quedo de pie durante varios minutos, sin decir nada.

De repente, por alguna extra?a razón, quiero contarle a Tiffany el final de mi vieja película. Me imagino que debería saber el final, sobre todo porque ella ha tenido un papel protagonista. Y entonces, las palabras se me desparraman.

—Decidí enfrentarme a Nikki solo para hacerle saber que recuerdo lo que pasó entre nosotros, pero que no le guardo ningún rencor. Mi hermano me llevó hasta mi antigua casa en Maryland, y resulta que Nikki aún vive allí, lo que me pareció algo raro, sobre todo porque tiene a un nuevo yo: el tío este, Terry, el que trabaja con Nikki como profesor de inglés y que siempre solía llamarme bufón inculto porque nunca leía libros de literatura —digo, dejando aparte el tema del estrangulamiento y los pu?etazos a Terry desnudo cuando me lo encontré en la ducha con Nikki—. Si yo fuera Terry, probablemente no querría vivir en la casa del ex marido de mi mujer porque eso es algo raro, ?no?

Tiffany no dice nada cuando paro, por lo cual, simplemente, continúo hablando.

—Cuando íbamos por mi antigua calle, estaba nevando, que es algo aún más extra?o en Maryland, y por tanto algo increíble para los ni?os. Tal vez no había ni dos centímetros en el suelo, una miseria, pero lo suficiente para recogerla con las manos. Vi a Nikki fuera con Terry, y estaban jugando con dos ni?os; por los colores en los que iban vestidos, me imaginé que el que iba vestido de azul marino era un ni?o y la que iba prácticamente de melocotón era una ni?a aún más peque?a. Después de pasar por delante, le dije a Jake que diera la vuelta a la manzana y aparcara el coche a casi un kilómetro de allí para que pudiéramos ver a la nueva familia de Nikki jugando en la nieve. Mi antigua casa está en una calle muy concurrida, por lo que no íbamos a llamar la atención de Nikki. Jake hizo lo que le dije y luego paró el motor, pero dejó el limpiaparabrisas en marcha para que pudiéramos ver. Bajé mi ventana, porque estaba en el asiento trasero debido a la escayola, y vimos a la familia jugando durante un largo rato, tanto rato que al final Jake encendió de nuevo el motor y puso la calefacción porque hacía mucho frío. Nikki llevaba la larga bufanda a rayas verdes y blancas que yo solía llevar a los partidos de los Eagles, un abrigo marrón claro y manoplas rojas. Sus rizos rojizos colgaban libres bajo un sombrero verde. Estaban teniendo una guerra de bolas de nieve; la nueva familia de Nikki estaba teniendo una bonita guerra de bolas de nieve. Se veía que los ni?os querían a su padre y a su madre; y que el padre amaba a la madre; y que la madre amaba al padre; y que los padres amaban a sus hijos, ya que todos se lanzaban la nieve los unos a los otros de una forma encantadora, haciendo turnos, riéndose y cayéndose sobre sus forrados cuerpos unos encima de otros, y…

Paro aquí porque tengo problemas para que las palabras me salgan de la boca.

—Y miré con los ojos entreabiertos para intentar ver la cara de Nikki, e incluso a una manzana de allí podría decir que estaba sonriendo todo el tiempo, que estaba contenta, y de alguna forma eso fue suficiente para mí, para finalizar oficialmente el período de separación y pasar los créditos de mi película sin siquiera enfrentarme a Nikki; simplemente le pedí a Jake que me llevara de nuevo a New Jersey, algo que hizo porque probablemente es el mejor hermano del mundo entero. Por eso supongo que solo quiero que Nikki sea feliz, incluso si su vida feliz no me incluye a mí, porque tuve mi oportunidad y no fui un marido muy bueno y Nikki era una esposa fantástica, y…

Tengo que parar de nuevo. Trago varias veces.

—Y voy a recordar esa escena como el final feliz de mi vieja película. Nikki teniendo una pelea de bolas de nieve con su familia. Parecía tan feliz con su nuevo marido y sus dos hijos…

Paro de hablar porque no van a salir más palabras. Es como si el aire frío me hubiera congelado la lengua y la garganta, como si el frío estuviera expandiéndose por los pulmones y estuviera congelándome el pecho desde dentro.

Tiffany y yo nos quedamos de pie en el puente durante un largo rato.

A pesar de que tengo la cara entumecida, empiezo a sentir calor en los ojos. De repente, me doy cuenta de que estoy llorando otra vez. Me limpio los ojos y la nariz con la manga del abrigo, y sollozo.

Solo cuando dejo de llorar, Tiffany finalmente habla, aunque no habla sobre Nikki.

—Tengo un regalo de cumplea?os para ti, pero no es gran cosa. Y no lo envolví ni compré una tarjeta o algo, porque, bueno… porque soy tu jodida amiga, la que no compra tarjetas o envuelve regalos. Y sé que ya hace más de un mes, pero en cualquier caso…

Se quita los guantes, se desabrocha algunos botones y saca mi regalo del bolsillo de dentro del abrigo.

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