Save Us (Maxton Hall #3 )(77)



espalda y acariciarla ligeramente. Sabía que eran amigos, pero no esperaba que algún día fueran pareja, y eso es lo que parece. Miro a Graham, que también los está mirando, y luego me sonríe.

—He oído que hay una fiesta aquí.— Wren dice. Me doy la vuelta y veo a Cyril y me acerco a la puerta principal. Al igual que Kesh y Alistair están usando camisas. Me pregunto si tienen una cita.

Cuando miro a Cyril, mi corazón se me mete en la garganta. Siempre es una sensación extra?a estar cara a cara después de una discusión. No hemos tenido contacto desde esa llamada y ahora no sé cómo comportarme con él.

—Aparentemente, sí... — respondo un poco tarde y respondo al abrazo de Wren cuando me atrae hacia sí.





—Oh, Dios mío, está tomando forma.— Mueve sus gafas de sol a la parte superior de su cabeza y mira mi vientre. —Pensé que no nos habíamos visto por un tiempo.

—Me estaba escondiendo bien.

—Puedo ver...— ronronea. Mira dentro de la casa. —?Ya están todos aquí?

—Sí, en el jardín.

Asiente con la cabeza y camina por el pasillo.

Y nosotros tres nos quedamos. Hay un silencio incómodo.

—Hola.— Cyril finalmente dice. Como Wren tiene gafas de sol en la nariz, así que no puedo ver sus ojos.

—Hola— respondo. —Es muy amable de tu parte el haber venido.

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—Cyril traga saliva y se fuerza a sí mismo a sonreír.

—Gracias por la invitación.— Finalmente se quita las gafas y las pone en el bolsillo de la camisa.

Cyril y Graham se enfrentan con los labios apretados. La atmósfera está tan tensa que estoy reteniendo el aire por reflejo.

Finalmente, Cyril gru?e. —Profesor, yo quería...— Y otra vez, silencio.

Puedo oír a Graham dejando salir aire de sus pulmones con fuerza.

—Graham, Cyril,— dice.

Un segundo, otro. Finalmente, Cyril asiente con la cabeza.

—Bien, —responde. —Graham.





Doy un paso adelante para saludar a Cyril con un abrazo, como los otros. Parece sorprendido, al principio no reacciona, sólo después de unos segundos me atrae hacia sí, lentamente, tímidamente, como si tuviera miedo de abrazarme demasiado. Es tan familiar. Por el momento es un chico que he conocido toda mi vida y con el que podía contar cuando lo necesitaba.

—?Estamos bien?— Pregubta, y se aleja un poco. Me mira, veo en sus ojos la misma ansiedad y lágrimas que siento.

—Aún no.— Respondo honestamente. Hay un destello oscuro en sus ojos. Abre la boca para decir algo, probablemente que puede irse si quiero, pero no le dejo hablar. —Pero un día lo estará. Estoy segura de que lo hará.

Con esas palabras, cierro la puerta tras él y Graham y yo nos 279

dirigimos al jardín.





24


Sólo llevamos aquí una hora, y puedo decir con seguridad que amo a Ofelia Beaufort. Y no sólo porque los adornos para el baby shower son tan coloridos que no puedes estar triste, sino sobre todo porque la tía de Lydia es genial.

Es una de esas amas de casa que hace que todo el mundo se sienta bien en su casa enseguida, incluso si nunca han estado allí antes. Le tomó alrededor de cinco minutos poner un refresco en mi mano y hablarnos a Ruby y a mí sobre sus planes futuros. Admitió que leyó mi 280

blog y siguió los comentarios de cada entrada. En esta situación, no pude evitar que me gustara.

Por desgracia, mi euforia no duro mucho, porque pronto Wren entra en el jardín. Los demás le saludan calurosamente, mientras yo me dirijo a Lin y la arrastro a una conversación sobre la galería de su madre. No podía mirarlo. Sabía que no sería fácil hoy. Me duele haberlo perdido como amigo, y aunque me prometí a mí misma que no dejaría que me pasara nada, al principio la presión profunda en mi pecho es demasiado severa, y tengo que pedirle a Lin que repita lo que dijo porque no me ha llegado nada.

Más tarde, trato de ignorar su presencia y de no lamentarme cada vez que se ríe. Estoy feliz cuando en algún momento Ofelia se acerca a mí, me toma de la mano y me lleva a un gran lienzo que se extiende más allá del jardín.





—Qué dulce es—, digo, viendo lo que está pintado en él: dos peque?as tortugas, sujetadas a un manojo de globos que se elevan hacia el cielo. —?Este es tu trabajo?

Ofelia asiente con la cabeza. Está tan orgullosa de ello, que intento no reír.

—Encontré un patrón en Pinterest.— Estoy mirando un palé en una mesa de madera cerca del lienzo.

—?Qué debo hacer?

—Estas son pinturas a mano.— Explica —Llenas los globos y los caparazones de tortuga con color.

Bajo su atenta mirada, meto mi pulgar primero en verde y luego en amarillo y empapo en un lienzo rugoso. La luz del sol se refleja en el 281

lienzo brillante, me deslumbra hasta que mis ojos están llorando, pero a juzgar por los comentarios entusiastas de Ofelia, hice un gran trabajo.

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