Save Us (Maxton Hall #3 )(96)



—Genial—, respondo un poco demasiado tarde.

James asiente con la cabeza y pega la foto a una pared vacía con un trozo de cinta adhesiva.

—No tiene sentido que no puedas tener marcos.

—Está bien. Lo importante es que las fotos se colgarán. —Digo y colgando otro momento.



—Tengo algo más para ti—, dice James. Lo oigo acercarse a mi escritorio. Levanto mis ojos sobre él. Tiene en su mano un peque?o 347

paquete de papel marrón, decorado con una cinta blanca.

Lo tomo con asombro.

—?Qué es eso...?

—ábrelo,— él responde con una sonrisa.

Poco a poco tiro de la cinta y abro el papel. Un marco de madera y otra foto aparecen a mis ojos.

Mi corazón es un caballo de batalla.

—?De la fiesta de despedida!

—Pensé que podrías ponerlo en tu escritorio. Entonces todos te observaremos mientras estudias.

No puedo quitar los ojos de la fotografía.





Fue tomada al principio de las vacaciones, en nuestro jardín, el día antes de nuestro viaje a Tailandia. Mis padres están a su lado, Ember, Wren, Alistair, Kesh y Lin. Lydia y Graham están sonriendo ampliamente en el lente. Cyril, de pie junto a ellos, está sosteniendo al peque?o Henry. A diferencia de los otros, en lugar del fotógrafo, está mirando fijamente al peque?o, que está apretando su dedo con todas sus fuerzas. En el otro lado está James con la peque?a Rosie y yo. Lo abrazo en la cintura y me apoyo en su hombro.

—Increíble,— murmuro y levanto la imagen a mis ojos. —Sólo han pasado dos meses, y Henry y Rosie ya son el doble de grandes.

—Sí, Lydia también dice que da miedo. Creo que es genial. Estamos a punto de jugar lacrosse con ellos.— Escucho su tono despreocupado, pero veo que de repente esta triste. —Probablemente no me reconocerán cuando vuelva.

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—Eso es una tontería.— Pongo la foto en mi escritorio, me levanto y me acerco a James. Pongo mis manos en sus caderas, trepo sobre sus pies, le toco la nariz. —Sólo estarás fuera cuatro semanas. Además, te verán en la pantalla. Hay Facetime y Skype.

En tres días, James volará a Bali para un taller de periodismo y fotografía. En los últimos meses, ha reunido a un grupo de lectores.

Aunque su blog se desarrolla lentamente, se divierte mucho. Cada vez que hablamos de ello o editamos sus entradas juntos, sus ojos realmente brillan.

Nunca lo había visto así antes. Y aunque sufro de la idea de que nos separemos de nuevo, estoy muy feliz de que disfrute tanto del trabajo.

Siento como si acabáramos de regresar y al mismo tiempo estuviéramos en un viaje constante - él a través del mundo, yo a través de Oxford.





Estoy donde siempre he querido estar, exactamente como lo so?é.

Incluso tengo más, porque James está conmigo.

—Te traeré algo...— me promete y me atrae a sí mismo. —O esta vez yo mismo tallaré algo.

Sonrío. —Pero debe tener muchos detalles.

—Veremos lo que podemos hacer— murmura, se inclina y me besa suavemente, y un volcán de emociones entra en erupción dentro de mí.

Me pregunto si será así cada vez que me bese.

Cuando se aleja de mí, veo en sus ojos promesas que cumplirá antes de emprender su viaje.

Sonrío al pensarlo.

—Mi James...— susurro, lo atraigo hacia mí y lo beso. Suspira en mi 349

boca.

Luchamos mucho para estar aquí y ahora. Han pasado tantas cosas en los últimos meses: sue?os destruidos, días llenos de esperanza y más amor del que creíamos posible.

Luchamos y nos salvamos mutuamente. Y también lo hará en el futuro.

Cada hora, cada minuto, cada segundo.





AGRADECIMIENTOS


No puedo creer que hayamos llegado al final de la saga de Maxton Hall. El último a?o y medio de escritura es el momento más loco de mi carrera; cuando miro atrás, quiero llorar y reír al mismo tiempo.

Primero, me gustaría agradecer a mi marido, Christian, sin el cual nunca habría terminado este libro. Hay días en los que me resulta difícil escribir, especialmente cuando hay dudas. Gracias por motivarme constantemente, ser mi mejor porrista y siempre poder escuchar.

Agradezco a mi editora, Stephanie Bubley, que ha estado puliendo el libro conmigo de la ma?ana a la noche y haciéndome mejor escritor.

Después de un trabajo tan largo y duro con Ruby, James y el resto de nosotros merecían una larga estancia en el SPA, una tonelada de 350

chocolate y un mar de vino. Estoy muy orgullosa de nosotros.

También me gustaría agradecer a todos los demás en la editorial Lubbe/LYX bastei que trabajan incansablemente en mis libros: Sandra Krings de la producción se encargará de todos los plazos; gracias a ella se imprimió el libro. Ricarda Wite-Masuhr, Simone Bielack y Angie Timplan se han encargado de un fantástico marketing.

Barbara Fischer y Anna Fohs del departamento de prensa, así como Christian Stuwe, hacen que mis libros aparezcan en el extranjero.

Mona Kasten's Books