Save Us (Maxton Hall #3 )(90)



Ahora eso está cambiando.

Durante la reunión de la junta de hoy tuve una impresión similar. En el pasado, cuando Lydia y yo solíamos venir a Beaufort y ver a mi madre trabajar, siempre veía la pasión con la que ella y su equipo tomaban 324

decisiones. Beaufort tenía un corazón. Hoy la atmósfera era fresca y tensa, conversaciones sin emoción, banales.

—Sé lo que quiso decir.— Digo en voz baja.

—Según Ofelia, su madre no compartía la visión del Sr. Beaufort.

— Levanto las cejas.

—Mis padres siempre trabajaron codo con codo.

—Sólo porque la palabra de tu madre siempre significó más que la suya. Ella podía controlarlo porque era formalmente su empleado.

— Gru?e en silencio. —Creo que su madre habría dejado la idea de que podría ser si... Si algo le pasara.

—Percy...— susurro. —?Qué estás tratando de decirme en realidad?

Percy me mira durante mucho tiempo, suspira con fuerza, se pone la mano detrás del cuello de su camisa y saca una fina cadena de plata.





Se lo quita con cuidado por la cabeza y lo levanta para que pueda mirarlo con cuidado; una peque?a llave cuelga de la cadena.

—Hace unos a?os, tu madre me dio esta llave y me dijo que la protegiera con mi pecho. —él mira los diminutos dientes, mueve su dedo sobre el metal. Está como hipnotizado. De repente, sacude la cabeza como si quisiera volver al suelo, y saca la llave de la cadena. La mueve en mi dirección. La cadena desaparece de nuevo bajo su camisa.

Giro la llave en mi mano.

—?Por qué te lo confió a ti? —Pregunto en un susurro. Percy apenas puede tragar su saliva.

—éramos una especie de... amigos.

Estoy tratando de juntar mis pensamientos. Lo más importante ahora 325

mismo es que mamá tenía un secreto. Un secreto que no le contó a nadie de su familia. Un secreto del cual tengo la llave en mi mano.

—No me dijo lo que abría...— a?ade Percy. —Pero creo que deberías tenerla.

Levanto los ojos y de repente veo cuánta tristeza hay en Percy.

Recuerdo lo que dijo Ruby. Que todo fue muy difícil para él, tanto la muerte de mi madre como la mudanza de Lydia y mía. Es nuestro empleado, sí, pero también un miembro de la familia. Y significaba tanto para mamá que ella confiaba en él infinitamente.

—?Crees que esta llave y la extra?a conversación de mi padre tienen algo que ver?— Por fin pregunto.

Se encoge de hombros.

—No lo sé. Pero sé que tu padre está ocultando algo.





Giro la llave en mi mano, luego busco mi billetera, la abro y escondo la llave detrás de la lista de Ruby. Encuentro la vista de Percy.

—Voy a averiguar de qué se trata.

—Esperaba que dijera eso, Sr. Beaufort.




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28


Me siento en los fríos escalones de la residencia Beaufort y miro mi reloj. James escribió hace más de una hora que iba a volver y me pidió que viniera. No dudé ni un momento.

Fui honesta con él esta tarde. Quiero ser un apoyo para él, y como ya ha tenido una reunión de pesadilla con la compa?ía esta tarde, que tenga una noche encantadora antes de que todo vuelva a empezar.

No espero mucho tiempo. Pronto veo el Rolls-Royce en la entrada.

327

Me levanto, aliso mi falda, me sacudo las partículas de polvo invisibles.



Percy para el coche justo en la entrada. James se baja. Aunque sé que no le gusta este atuendo, no puedo negar que está fantástico con el traje gris de Beaufort que se puso. Parece que está hecho a medida. Apenas puedo tragar mi saliva cuando muevo mis ojos más alto y veo su sonrisa amenazante.

En el próximo momento está conmigo y me sujeta con fuerza.

—Hey,— me susurra al oído y me besa la cabeza.

Lo abrazo un rato más y luego me inclino para mirarlo.

—?Cómo fue?— Pregunto con cuidado y toco su cuello con mi mano.

—Vámonos.— Se?ala la casa. —Te lo contaré todo.

Todavía está mirando a Percy, que acaba de salir del coche, despidiéndose de él.





Pero me toma la mano y subimos las escaleras juntos. James abre la puerta, pero antes de que entremos, Mary se acerca y nos mira con expectativa.

—Mary, nos gustaría que Ruby y yo tuviéramos un poco de privacidad hoy— James habla. —Es mejor que nadie suba.

Siento que me estoy sonrojando, como el ama de llaves cuya cara se sonroja con manchas rojas. Las palabras de James me desequilibran por completo mientras lo sigo arriba y me dirijo a su habitación. él mira detrás de sí cuando entramos, y cuidadosamente cierra la puerta detrás de él.

Espero que me empuje contra la pared y me bese hasta que pierda el aliento, pero mete la mano en el bolsillo y saca su billetera.

—Necesito mostrarte algo.— Dice las mismas palabras que escribió 328

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